Casi un año después de que quedaran sin efecto los resultados de la votación de 2019, que habían dado como ganador al depuesto ex mandatario Evo Morales y que llevaron al país a una crisis institucional aún no resuelta, ya hay fecha para una nueva elección.
La nueva ley cuenta con el apoyo Evo Morales, pero no con el de la Central Obrera Boliviana (COB), organización que viene realizando bloqueos de ruta en rechazo a la última postergación de los comicios, previstos para el 6 de septiembre, a causa de la pandemia del coronavirus.
"Promulgo esta ley que confirma el 18 de octubre como fecha de la elección", dijo la presidenta de facto Jeanine Áñez en su discurso de promulgación del instrumento legal que fue trabajado durante una semana por representantes de diferentes organizaciones. El ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, aseguró que con la norma se garantizan los comicios y que los movilizados ya no tienen "pretextos" para bloquear las rutas en señal de protesta.
La norma fue sancionada ayer, por unanimidad de los parlamentarios que asistieron a la sesión de la Asamblea, y por más de dos tercios de los legisladores que asistieron de forma virtual en la cita.
Morales manifestó su apoyo explícito a la ley, al asegurar que "blinda de chicanas" los comicios y evitará una "nueva masacre". "La Asamblea Legislativa sancionó la ley que garantiza elecciones en Bolivia con un plazo, una fecha límite, definitiva, impostergable, que blinda de posibles chicanas con garantes internacionales; y lo que es más importante: evitará una nueva masacre", publicó Morales en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, el secretario Ejecutivo de la COB, Juan Carlos Huarachi, anunció que el ente matriz así como el Pacto de Unidad, rechazan la ley electoral. "Hoy hemos sufrido una traición, esta ley jamás se ha consensuado con el pueblo boliviano, nunca se nos ha tomado en cuenta", manifestó en conferencia de prensa.