Según publicó The Wall Street Journal, a China le preocupa que los vehículos desarrollados por la empresa de Elon Musk puedan servir para filtrar secretos de seguridad nacional, ya que esos autos están equipados con sistemas de recopilación de datos.
Ante la decisión de las autoridades chinas, Musk salió a hablar para tranquilizar a los funcionarios orientales y a sus accionistas.
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En el Foro de Desarrollo de China, el magnate negó que sus coches sean utilizados para espiar, y aseguró que si así sucediera cerraría su compañía.
"Hay un incentivo muy fuerte para que seamos muy confidenciales con cualquier información", dijo.