
Un cañón, una taza de porcelana y monedas de oro y plata fueron recuperados por científicos colombianos del galeón San José, hundido en 1708. Estaba cargado de oro, plata y esmeraldas. Podría haber transportado millones de monedas.
En Colombia se presentaron los primeros objetos y tesoros sacados del fondo del mar del naufragio del galeón San José, un barco español que se hundió en 1708 cerca de Cartagena de Indias durante un ataque inglés. Muchos sabían de la enorme riqueza que llevaba a bordo, pero hasta a hora casi nada había sido recuperado.
Los investigadores mostraron cinco piezas: un cañón, una taza de porcelana y tres monedas antiguas llamadas macuquinas. Son objetos simples, pero para los arqueólogos tienen un valor especial porque permiten confirmar cómo era el barco, qué transportaba y de qué época exacta son.
Los hallazgos abren una nueva etapa en la investigación.
La extracción la hizo la Armada de Colombia con un robot submarino, ya que los restos están a unos 600 metros de profundidad, donde ningún buzo puede llegar. Todo se hizo bajo protocolos estrictos para no dañar los objetos ni alterar el sitio del naufragio.
Lo recuperado quedó en manos del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe, donde se los limpiará, estabilizará y estudiará. Allí podrán saber cómo se fabricaron las monedas, de dónde venía la porcelana y si el cañón coincide con los modelos usados por España en esa época.
El San José era un navío que viajaba entre América y España cargado con oro, plata, esmeraldas y otras mercancías coloniales. Se calcula que podía transportar millones de monedas, lo que lo convirtió en uno de los naufragios más discutidos del mundo.
Hoy existen reclamos de España, que sostiene que el barco es suyo por ser un buque de Estado, y también de una empresa estadounidense, que asegura haberlo encontrado en los años 80. Colombia, por su parte, mantiene que todo lo recuperado es parte de su patrimonio cultural, protegido por ley y sin posibilidad de venta.
Para la ministra colombiana de las Culturas, Yannai Kadamani Fonrodona, este primer paso muestra la capacidad del país para investigar y cuidar su historia bajo el agua.