Parecía un perrito pero lo que una familia australiana adoptó como una mascota era uno de los predadores más importantes del ecosistema de ese continente, capaz de mantener controlada la población de canguros, conejos y alimañas.
Todo comenzó cuando una mujer encontró en el patio trasero de su casa de la localidad de Bright, un cachorro quejándose. "No puedo decir si es un zorro o un perro", escribió la mujer cuando publicó fotos del pequeño animal en sus redes sociales.
Sin embargo, cuando lo llevó a un centro veterinario, el profesional no supo distinguir la raza del “perro” y por eso lo sometieron a una prueba de ADN que terminó por confirmar que se trataba de un dingo de pura raza.
Mientras se aguardaban los resultados, el cachorro fue enviado al santuario de la Fundación Australiana de Dingo. La directora de la fundación, Lyn Watson, explicó en declaraciones a ABC News que este tipo de dingos, de la llamada raza alpina, se encuentra "muy cerca de la extinción" debido a la caza y a la persecución que sufren por parte de los humanos desde hace siglos.
El animalito, apodado Wandi, fue arrojado presuntamente por un águila en el patio de la casa y la mujer lo halló cuando se quejaba del dolor a raíz de unas heridas de garras que presentaba en su espalda.
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