Un sacerdote de la iglesia católica de San José, Ontario, Canadá, apostó medio millón de dólares de los fondos destinados para los refugiados y los perdió, según reveló un medio de ese país.
"Me llamó por teléfono y me dijo que perdió todo el dinero", contó Emanuel Shaleta, obispo de la congregación al periódico The Star.
Saka era el encargado de recaudar el dinero para donarlo a los "nuevos inmigrantes" de Irak y ya había hecho la solicitud para recibir a 20 personas y costear los gastos.
Muchas de las donaciones eran de iraquíes residentes en Canadá, que desean ayudar a sus familias a escapar de la guerra.
"Queremos asegurar a los refugiados que nuestra parte del acuerdo sigue firme y que el dinero será provisto para que se sientan seguros y ayudarlos a establecerse en el país", afirmaron desde la entidad.
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