Los restos de Bethsaida, la villa en la que según la tradición cristiana vivieron los apóstoles Pedro, Andrés y Felipe y tuvo lugar el milagro de la reproducción de los panes y los peces, fue descubierta por arqueólogos israelíes en los alrededores del lago Tiberíades, en Israel.
El hallazgo tuvo lugar después de que 25 arqueólogos y voluntarios trabajaran durante tres años sobre la costa noreste del Mar de Galilea, en el valle de la hoy llamada Reserva Natural de Bethsaida.
El descubrimiento tuvo lugar después de que 25 arqueólogos y voluntarios trabajaran durante tres años sobre la costa noreste del Mar de Galilea, en el valle de la hoy llamada Reserva Natural de Bethsaida.
“Hemos encontrado lo que parece ser la ciudad de los tres apóstoles, donde Jesús multiplicó los panes y los peces”, aseguró el arqueólogo Mordejai Aviam, del Kineret College de Israel. Su equipo desempolvó el lugar donde, según el Nuevo Testamento, estuvieron los apóstoles Pedro, Andrés y Felipe.
La temporada pasada Aviam halló, junto a otros 25 arqueólogos y voluntarios, una capa del periodo de las Cruzadas, una factoría de azúcar del siglo XIII, un monasterio y lo que parece ser una iglesia. Dos metros bajo el suelo encontraron restos del periodo bizantino, que se remonta a la etapa final del Imperio Romano y que en sus primeros años de vida se extendió por todo el Mediterráneo Oriental.
Tiempo atrás se había descartado la posibilidad de encontrar algo de este periodo de la historia, explica, pero fue la aparición de una cerámica en 2014 lo que les llevó a centrarse más en esta área, y lo que desenterraron aumentó sus expectativas. Dos metros bajo el mismo suelo encontraron restos que se remontaban al periodo bizantino, en la etapa final del Imperio Romano (del año 300 al 100 a.C.) y que en sus primeros años de vida se extendió por todo el Mediterráneo Oriental.
“Hay monedas, cerámica, un mosaico, muros y una casa de baños de estilo romano, lo que nos lleva a pensar que no se trataba simplemente de un pueblo sino de una gran ciudad romana”, indicó Aviam.
Según los Evangelios, Jesús se retiró a un lugar desierto a descansar a solas, sumido en la tristeza por la noticia de la muerte de Juan el Bautista ordenada por Herodes Antipas, pero una muchedumbre creciente le siguió. Cuando caía el atardecer, sus discípulos le sugirieron despedir a sus seguidores para que pudieran ir a comer, pero él les dijo que no era necesario que se fueran y les mandó alimentarlos con lo que allí había, a lo que estos contestaron que solo tenían cinco panes y dos pescados.
“18. Tráiganmelos aquí”, les dijo. 19. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. 20. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. 21. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños” (Mt. 14:18-21).
Avian asegura que los restos encontrados demuestran que ese es el lugar donde millones de cristianos ubican ese milagro, si bien hay otras teorías arqueológicas que sitúan la localidad en otros puntos de la región, rechazando esa ubicación con el argumento de que el nivel del lago en esa época cubría esa zona, algo que los nuevos hallazgos contradicen.
No muy lejos de allí, en la vecina localidad de Tiberiades, en la orilla opuesta del lago, otras excavaciones sitúan Magdala, el pueblo donde nació y vivió María Magdalena, una de las más relevantes figuras femeninas de la Biblia.
Los responsables de los últimos hallazgos arqueológicos en la zona pretenden convertir las tierras que rodean el Mar de Galilea en un lugar de peregrinaje, culto y turismo para lo que buscan seguir los pasos de Jesús y recorrer los paisajes que transitaron él y sus discípulos
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