El fotógrafo que se quebró ante la muerte de un niño

Abd Alkader Habak tomaba fotografías en la ciudad de Al Rashidin, al oeste de Alepo, cuando un coche bomba explotó ocasionando más 100 muertos, entre ellos unos 70 niños.

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Junto a varios de sus colegas, Habak se ofreció a colaborar en el rescate de las víctimas mientras, desde lejos, otro fotógrafo registraba la situación. Hadi Alabdallah publicó en sus cuentas de las redes sociales las imágenes que muestra a Habak involucrándose en la situación y recatando a un pequeño herido que, sin embargo, no sobrevivió.

Ahí llegó el momento de quiebre en el que el fotógrafo no pudo resistir el momento y, ante la fragilidad de una vida, se arrodilló llorando amargamente ante el cuerpo inerte del niño.

Más tarde, Habak escribió en su cuenta de Twitter: "Lo que mis colegas y yo hemos hecho hoy es lo que inspira nuestra humanidad a los que fueron cómplices en la matanza de los hijos de Khan Sheikhan”.