Desde hace siglos, una ciudad en ruinas ubicada en el medio del Océano Pacífico suscita innumerables dudas sobre su origen, y por sobre todo por el destino que sufrieron sus fundadores.
La ciudad de Nan Madol, conocida como “la Venecia del Pacífico”, está ubicada en costa este de la isla de Pohnpei, uno de los cuatro estados que constituyen la Federación de Micronesia, que comprende archipiélagos que cuentan con más de 600 islas.
¿Quién construyó esta ciudad? Hasta el momento, ese dato permanece como un misterio para los investigadores del canal Science, que reveló en los últimos días una serie de fotografías satelitales que muestran el mapeado de esta ciudad construida sobre el mar a partir de bloques que conforman varios islotes artificiales.
El misterio que encierra esta ciudad, ha llevado a varios investigadores a preguntarse si se encuentran frente a la legendaria ciudad de Atlántida.
Nan Madol –cuyo nombre significa “sobre un altar de piedra”- está asentada en la parte superior de una laguna conectada por varios canales y enormes muros de piedra. Las paredes fueron construidas con unos 400 mil bloques de basalto, una roca volcánica de color negro verdoso de la que hay varios depósitos en Pohnpei. Lo curioso es que cada piedra de basalto pesa entre 5 y 25 toneladas toneladas pero los constructores se las arreglaron para transportarlas por varios kilómetros, algo similar a lo ocurrido con las enormes cabezas de la Isla de Pascua conocidas como moái, las losas de Stonehenge o las pirámides de Egipto. Incluso algunos expertos aseveran que el trabajo realizado para transportar estas rocas sería equivalente al de esta última maravilla y habría involucrado a los 25 mil habitantes de la ciudad.
Los lugareños llaman a Nan Madol la ciudad de los fantasmas ya que no hay registros sobre quién pudo haberla construido o habitado; o porqué se eligió un lugar tan alejado y tortuoso de la isla para su edificación.
De hecho, todas las historias que se cuentan o cantan en la isla son de tono mítico y legendario, con dioses que bajan del cielo o suben desde el inframundo para mezclarse con los humanos.
A principios del siglo XX, los alemanes controlaban la isla y fue allí que el gobernador Victor Berg, desafiando la prohibición nativa, decidió irrumpir en las criptas de Nan Tauas, la ciudadela funeraria de los antiguos gobernantes de Nan Madol.
Según los relatos, Berg se sorprendió al encontrar allí esqueletos de dos a tres metros de altura. Al mejor estilo de las películas de La Momia, el gobernador murió al día siguiente, y mientras los médicos señalaron como causa una grave insolación, el resto prefirió creer que se debió a una maldición de los dioses por la ofensa cometida.
No terminaron ahí los hallazgos ya que, en 1928, una expedición japonesa se adentró nuevamente en Nan Tauas sólo para hallar huesos todavía más grandes que los que vio Berg.