Israel confirmó ataques a instalaciones estratégicas en la capital yemení, que dejaron al menos dos muertos y 35 heridos. Hamás e Irán condenaron la ofensiva.
La tensión en Medio Oriente sumó un nuevo capítulo este domingo con los bombardeos de Israel sobre la capital de Yemen, Saná, que incluyeron la destrucción del palacio presidencial controlado por los rebeldes hutíes. Según confirmó el ministro de Defensa, Israel Katz, la ofensiva también alcanzó depósitos de combustible y plantas eléctricas.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel han destruido el palacio presidencial hutí en Yemen y atacado depósitos de combustible y plantas eléctricas”, señaló Katz en un comunicado conjunto con el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
El propio mandatario israelí sostuvo que el grupo insurgente proiraní “está aprendiendo a las malas” las consecuencias de sus ataques contra Israel. “A quien nos ataca, lo atacamos. A quienquiera que planea atacarnos, lo atacamos. Creo que toda la región se está enterando de lo fuertes que son las manos y la determinación del Estado de Israel”, dijo Netanyahu.
De acuerdo con cifras difundidas por el Ministerio de Salud y Medioambiente de los hutíes, los ataques dejaron al menos dos personas muertas y otras 35 heridas. Imágenes publicadas por la oficina del primer ministro israelí muestran a Netanyahu, Katz y el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, supervisando la operación desde Tel Aviv.
Los hutíes lanzan con frecuencia misiles balísticos y drones contra territorio israelí, en su mayoría interceptados, y justifican sus ofensivas como un gesto de solidaridad con los palestinos de Gaza. Los enfrentamientos se intensificaron tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 y persisten pese al alto el fuego alcanzado en mayo entre los hutíes y Estados Unidos, aliado estratégico de Israel.
La reacción internacional no se hizo esperar. El movimiento palestino Hamás calificó los ataques de “agresión terrorista” y denunció que constituyen una “violación flagrante de la soberanía de los Estados árabes y las leyes internacionales”.
En la misma línea, Irán condenó enérgicamente los bombardeos y los definió como un “crimen de guerra”. “El ataque contra instalaciones de servicios básicos, aeropuertos, puertos, centrales eléctricas y almacenes de alimentos demuestra la hostilidad del régimen sionista hacia el desarrollo de los países de la región”, afirmó Ismail Baghaei, portavoz del Ministerio de Exteriores iraní.
La ofensiva israelí se inscribe en el marco de la denominada “Eje de la Resistencia”, la alianza antiisraelí liderada por Irán que integran los hutíes, Hamás, Hizbulá y diversas milicias iraquíes. El vocero de la diplomacia iraní insistió en que los países islámicos tienen la “responsabilidad legal y moral” de detener lo que denominó el “genocidio en curso” en Gaza, y anticipó que el tema será tratado en la reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de la Organización de Cooperación Islámica en Yeda, Arabia Saudita.