La Agencia Meteorológica de Japón registró primero la magnitud de 6,1, con una profundidad inicial de 80 kilómetros. Desde entonces, el terremoto ha sido actualizado a una magnitud de 5,9 con una profundidad de 62 kilómetros (38,5 millas), según el USGS.
El terremoto alcanzó el nivel 5 alto en la escala sísmica japonesa de 7 niveles (centrada en medir la agitación en la superficie) en algunas zonas del Área Metropolitana de Tokio y en Saitama, al norte de la capital, y sacudió también con menor intensidad otras regiones centrales del país.
La cadena pública japonesa NHK informó de varios heridos leves en la prefectura de Chiba. El temblor no desencadenó la alerta automática de tsunami ni consta que haya causado por el momento daños materiales notables ni víctimas fatales, según recogen los medios nacionales.
El recién instalado primer ministro del país, Fumio Kishida, que tomó posesión de su cargo este lunes, dijo que había dado instrucciones a los funcionarios para "hacer todo lo posible para ayudar a las víctimas y evitar más daños". Se ha creado un grupo de trabajo en su oficina para "recoger información", añadió Kishida.
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