Tras la jornada en la que al menos 18 manifestantes en favor del restablecimiento de la democracia murieron a manos de las fuerzas de seguridad, el papa Francisco pidió este miércoles a la Junta Militar en Myanmar (ex Birmania) que cese la represión hacia su pueblo.
"Recibo noticias tristes sobre los sangrientos enfrentamientos con pérdida de vidas humanas. Deseo llamar la atención de las autoridades involucradas para que el diálogo prevalezca sobre la represión y la armonía sobre la discordia”, dijo Francisco al término de la audiencia general celebrada sin fieles en el Palacio pontificio.
"La comunidad internacional debe trabajar para que las aspiraciones del pueblo no se vean sofocadas por la violencia”, instó.
Al menos 18 manifestantes murieron durante nuevas manifestaciones convocadas en distintas ciudades de Myanmar para protestar contra la Junta Militar que gobierna el país desde el 1 de febrero.
Los medios de comunicación locales dieron cuenta de nuevas escenas de represión en distintas ciudades del país, con un balance provisional de 18 fallecidos que comparten portales como Myanmar Now y la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
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"La lista de fallecidos puede aumentar”, advirtió el vocero de esta asociación, Ko Bo Kyi, en su cuenta de Twitter, desde la que aseguró que hay “muchos” heridos y que “algunos están en situación crítica”.
Entre las víctimas habría menores de edad. Solo en la principal ciudad del país, Rangún, fallecieron al menos siete personas, el mismo número que en la localidad de Monywa.
Los birmanos siguen, pese a todo, saliendo a las calles para reclamar la marcha de los generales golpistas y la liberación de cientos de detenidos encarcelados en las últimas semanas.
La escalada de violencia llevó a un incremento de los hasta ahora estériles esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis política de Myanmar.