
La filtración de un video con soldados israelíes abusando de un detenido palestino reaviva el debate sobre el Ejército y su reputación. Netanyahu aseguró que afectó seriamente la imagen del país y pidió una investigación imparcial.
El primer ministro Benjamín Netanyahu calificó la filtración como "el ataque de relaciones públicas más grave que ha sufrido Israel desde su fundación".
En una reunión de gabinete del domingo, el jefe de Estado destacó que el video dañó la reputación del Ejército y de sus soldados, e insistió en la necesidad de una investigación independiente e imparcial.
El pasado viernes, la difusión de un video grabado en agosto de 2024 volvió a poner en el centro de la escena a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). En las imágenes se observa a un grupo de detenidos palestinos en la base militar de Sde Teiman, con los ojos vendados, mientras un soldado selecciona a uno de ellos y comete abusos sexuales. La víctima fue luego trasladada a un hospital con signos de graves lesiones, según informaron medios locales.
El escándalo se intensificó cuando la principal abogada militar de las FDI, la general de división Yifat Tomer-Yerushalmi, reconoció que había aprobado la publicación del video y renunció a su cargo.
Por su parte, algunos de los diez reservistas acusados de "maltrato grave a un detenido" negaron los hechos y señalaron que las imágenes fueron editadas intencionalmente. Al menos dos de los acusados no dijeron la verdad durante las pruebas de polígrafo.
El caso revive un debate más amplio sobre los derechos humanos en Gaza y la responsabilidad del Ejército israelí, mientras la sociedad y la comunidad internacional esperan resultados de la investigación prometida por Netanyahu.