El juez brasileño Sérgio Moro, quien lidera la investigación del "Lava Jato", ordenó este jueves la captura del ex presidente Luiz Inácio Lula da SIlva, a quien le dio plazo hasta este viernes a las 17 para presentarse y quedar detenido para cumplir su condena a 12 años y un mes de prisión.
La decisión fue tomada luego de que Moro recibiera un oficio del Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre pidiendo la detención del ex mandatario al juez de Lava Jato.
Moro escribió en su fallo que "en atención a la dignidad del cargo que ocupó, el concedo (Lula) tiene la oportunidad para presentarse voluntariamente a la Policía Federal en Curitiba hasta las 17 del viernes".
Bocinazos y fuegos artificiales fueron lanzados en las inmediaciones de la Avenida Paulista de San Pablo luego de que se conociera la decisión del magistrado de la Operación Lava Jato.
"Vamos a ver las medidas que vamos a tomar, pero no admitimos vivir sobre el autoritiarismo judicial. No se agotaron los plazos todavía", dijo el abogado de Lula Roberto Batocchio, a la radio BandNews FM.
Lula será alojado en la sede de la Policía Federal en Curitiba, capital del estado sureño de Paraná, fronterizo con la provincia argentina de Misiones.
"En razón de la dignidad del cargo que ocupó, fue previamente preparada una sala reservada, especie de Sala de Estado Mayor, en la propia superintendencia de la Policía Federal para el inicio del cumplimiento de la pena, para que esté separado de otros presos, sin riesgo a la integridad física o moral", escribió Moro.
"Mi impresión es que Lula no se ausentará", dijo el abogado de Lula al ser preguntado sobre si se entregará o esperará a los agentes de la Policía Federal.
Por su parte, el Partido de los Trabajadores liderado por el ex Presidente, tras la medida del magistrado Moro, convocó a una vigilia para este jueves a la noche en San Bernardo del Campo, en San Pablo, donde se encuentra la sede del Unión Metalúrgica.
Dilma Rousseff y otros dirigentes del movimiento acompañan a Lula en su vigilia, al igual que una multitud en las inmediaciones del edificio gremial.
En la madrugada del jueves, tras una sesión maratónica de casi 12 horas, el Tribunal Supremo -lo que sería la Corte Suprema en la Argentina- de Brasil no aceptó el habeas corpus presentado por la defensa y definió la prisión de Lula. De esa manera, el ex mandatario podría pasar los próximos 12 años encerrado, por una causa de corrupción encabezada por Moro.
El magistrado halló culpable a Lula en el marco de una investigación por la adquisición de un departamento valuado en 1,2 millones de dólares, en el barrio paulista de Guarujá. Moro basó su condena en el testimonio de un empresario arrepentido, Leo Pinheiro, quien aseguró que el ex Presidente recibió la propiedad para garantizar la adjudicación a la firma Petrobras en distintas licitaciones.
Pinheiro integraba la cúpula de la empresa contructora OAS -una de las principales apuntadas por coimear a políticos, junto a Odebrecht y JBS- y fue condenado a ocho años de prisión. Con la figura de la "delación premiada" que existe en el país vecino y su testimonio en contra de Lula, el empresario redujo su condena de ocho a cinco años.
La defensa argumentó que la transacción en cuestión nunca fue probada por la Justicia, más allá de la declaración de Pinheiro, y que el líder político jamás había visitado esa propiedad, cuestiones que nunca fueron contradichas por Moro.