El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva siguió por televisión el veredicto de la Corte Suprema desde la sede del Sindicato de los Metalúrgicos, en São Bernardo do Campo, San Pablo.
Durante todo momento Lula estuvo acompañado por Dilma Rousseff y los restantes dirigentes del PT quienes se congregaron en el segundo piso del edificio. En la parte baja, los militantes, enfundados en remeras rojas, siguieron la sentencia desde una pantalla gigante.
La elección del Sindicato de Metalúrgicos no fue casual: ese gremio fue comandado por Lula durante los setenta, y desde allí fue que ideó un proyecto político a nivel nacional.
Tras la sentencia, el expresidente se reunión con la mesa chica del PT para definir el cómo seguir a partir de mañana.
Según versiones periodísticas, el ex presidente se entregaría voluntariamente acompañado por la militancia del PT.
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