La guerra civil en Siria no tiene freno y quien mostró su fuerza en las últimas horas fue Turquía, que desarrolló lo que denomina la Operación Rama de Olivo en la zona de Afrín, en el sureste del país, con el objetivo de destruir a las Unidades de Protección Popular Kurdas, una organización afincada en ese territorio de Medio Oriente que tomó relevancia desde el inicio del conflicto bélico en 2011 y que mantiene una insurgencia armada hace más décadas con el aval del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, bloque que busca su independencia en la región.
La determinación de Recep Erdogan, el presidente turco, genera incertidumbre no sólo en las naciones vecinas sino también a los principales exponentes del concierto internacional, a tal magnitud que tanto Rusia como Estados Unidos mostraron su preocupación por los movimientos. ¿Por qué? Los integrantes a los que se ataca son piezas elementales en la lucha contra el Estado Islámico, que supieron, en el campo de batalla, hacer retroceder a lo que es considerada actualmente, a nivel mundial, la usina de la amenaza terrorista hacia Occidente.
En ese sentido, la carta jugada por el país euroasiático propicia que se lo observe como un actor trascendental en esa zona, evidenciándose fortalecido ante rivales de turno, pero no deja de complicar el andamiaje propuesto en una mirada general para desmantelar a los yihadistas. Es que, en paralelo, es una incógnita cuáles pueden ser las respuestas que certifiquen un mayor dramatismo en el terreno.
A partir de distintas acusaciones por corrupción, el Congreso Nacional Africano (CNF), partido gobernante en Sudáfrica, acordó avanzar con los trámites para sellar la destitución, en el corto plazo, de Jacob Zuma, el vigente presidente, que está en el poder desde 2009, cuando sucedió en el cargo a Kgalema Motlanthe, su habitual mano derecha.
La salida del mandatario fue propuesta por David Masondo, miembro del comité, y secundada por el viceministro de Agricultura y Pesca, Bheki Cele, concretando la unanimidad en la votación de la organización, pues se pretende una renuncia para ayudar a mejorar las oportunidades del esquema antes de las elecciones del próximo año.
La decisión se toma tras la reapertura, por parte de la Justicia, de más de 700 cargos relacionados con contratos públicos para la compra de armamento en 1999, cuando era vicepresidente, que habían sido anulados una vez que Zuma llegó a la jefatura gubernamental.
A menos de dos meses de las elecciones, y en el marco de una paridad absoluta que obligará a los distintos partidos a buscar acuerdos para sostener la gobernación, Silvio Berlusconi suma fuerza para candidatearse a ser el próximo Primer Ministro de Italia, pese a que recae sobre él una inhabilitación a ocupar cargos públicos desde 2013 y hasta el próximo año a raíz de una condena por fraude fiscal.
El empresario, de 81 años, y que supo ocupar esa jefatura en tres ocasiones, está dispuesto a volver al escenario principal si acaso el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anula el bloqueo que lo mantiene fuera de la cancha.
Y el aval lo tiene en las encuestas, pues es una de los elementos clave de la derecha del país europeo de la mano de Forza Italia, esa estructura que fundó hace un cuarto de siglo, y que, en coalición con otros esquemas similares, como Liga Norte y Hermanos de Italia, rondan el 40 por ciento de intención de voto.
El sufragio fue convocado por el presidente, Sergio Mattarella, al final de una legislatura durante la cual se aprobó una controvertida ley electoral que regirá tanto para la Cámara de Representantes como para el Senado y que, si acaso lo habilitan, podría darle poder, una vez más, a Berlusconi, desde el 4 de marzo.
Luego de una semana en la que sostuvieron una serie de reuniones en Washington, EEUU y Cuba apuntalaron diferentes acuerdos de cooperación para afianzar la relación pese a los encontronazos históricos entre ambas partes y el actual conflicto que tiene en el centro de la escena a Donald Trump, el presidente norteamericano.
El encuentro, en torno al cumplimiento de la ley establecida en noviembre de 2015 con el apoyo de Barak Obama y Raúl Castro, se centró en tres ejes fundamentales: la seguridad en Internet y los delitos cibernéticos, en pos de prevenir ese problema; la organización de una grilla para mejorar las condiciones en el aspecto penal, y finalmente establecer parámetros en la lucha contra el terrorismo.
El acuerdo se sostiene pese a los últimos movimientos en detrimento de la relación, especialmente con el accionar del mandatario republicano, que en septiembre retiró a gran parte del personal de su embajada en La Habana porque, según su criterio, no estaban dadas las garantías diplomáticas en el país caribeño.
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