Yohannes Purnomo Suryo, juez titular del tribunal de Bandung -en la parte occidental de la isla de Java-, declaró a Herry Wirawan, de 36 años, culpable de las violaciones a trece menores mientras estudiaban en el internado musulmán llamados "pesantren" en bahasa-, donde él ejercía la docencia.
"El acusado ha sido declarado culpable de cometer los crímenes intencionadamente, forzando a menores (de entre 11 y 16 años de edad) a mantener relaciones sexuales con él", dijo el magistrado.
El juez condenó a Wirawan a cadena perpetua e impuso indemnizaciones de entre 10 y 30 millones de rupias (entre 617 y 1.850 euros) a cada una de ellas, mientras que la fiscalía había solicitado la pena de muerte, la castración química, pagar una serie de multas y la confiscación de activos para ser subastados.
Durante el juicio, se reveló que el docente y -propietario del lugar- había violado a lo largo de cinco años a las menores, muchas provenientes de familias pobres, mientras residían en el internado Madani Boarding School, ubicado en Bandung, gracias a becas escolares.
Los abusos se revelaron cuando la familia de una de las estudiantes denunció a Wirawan a la Policía por violar y dejar embarazada a su hija adolescente en mayo del año pasado.
El caso ha puesto el foco sobre los "pesantren", con más de 25.000 de estas escuelas en el país y cerca de cinco millones de menores viviendo y estudiando en ellas, en las que se combinan las clases regulares con los estudios del Corán en las sesiones vespertinas.
Catorce de los dieciocho casos de abusos en escuelas denunciados el pasado año a la Comisión Nacional para la Protección Nacional de Indonesia, país de mayoría musulmana, provenían de estos centros.
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