En su primer discurso como presidente, Rodrigo Paz interpeló a Evo Morales y Luis Arce por el destino del litio y el gas, y aseguró que “la ideología no te da de comer”.

Bajo una intensa lluvia en La Paz, Rodrigo Paz Pereira asumió este sábado la Presidencia de Bolivia y dio inicio a un nuevo ciclo político y económico, tras imponerse en el inédito balotaje de octubre. Con un tono reformista y desafiante, el flamante mandatario proclamó el “fin del aislamiento ideológico” y prometió abrir el país al mundo.

La ceremonia de investidura contó con una fuerte presencia internacional. En primera fila se ubicaron los presidentes de Argentina, Javier Milei; Chile, Gabriel Boric; Ecuador, Daniel Noboa; Paraguay, Santiago Peña, y Uruguay, Yamandú Orsi. También asistieron representantes de Estados Unidos y la Unión Europea, en una señal de respaldo diplomático al inicio de esta nueva etapa.

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“Esta es la nueva Bolivia que se abre al mundo. Nunca más una Bolivia aislada, sometida a ideologías fracasadas”, dijo Paz, de 58 años, en su discurso de asunción, en el que agradeció la presencia de los jefes de Estado y comparó la lluvia con una “limpieza de la Pachamama”. “Este lugar no es de poder, sino un mandato de servicio a la Patria. No nos han entregado un trono, sino una tarea”, agregó.

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El nuevo presidente llega al Palacio Quemado en medio de una crisis económica que golpea con fuerza a los hogares bolivianos: faltan dólares, combustibles y alimentos básicos, mientras la inflación erosiona el salario real. “Nos dejan un país quebrado. Un país cansado, dividido, endeudado moral y materialmente. Nos dejan la peor crisis de las últimas cuatro décadas”, afirmó Paz en referencia al gobierno saliente del Movimiento al Socialismo (MAS), encabezado por Luis Arce.

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"Dónde está el gas"

En un tono inusualmente confrontativo, el mandatario apuntó directamente contra los expresidentes Evo Morales y Arce. “Yo quiero preguntarles, con testigos internacionales: ¿Dónde está el gas? ¿Dónde está el bendito mar de gas que nos prometieron? Evo, ¿dónde está el litio? Arce, ¿dónde está el litio, el gas?”, lanzó, generando una ovación entre los presentes.

Las alusiones remiten a las grandes promesas energéticas de los gobiernos del MAS, que apostaron a la industrialización del gas y del litio como motores de desarrollo. Sin embargo, el país enfrenta hoy una fuerte caída de la producción hidrocarburífera y serias dificultades para explotar sus reservas de litio, tras años de contratos frustrados y proyectos inconclusos.

“El malgasto fue algo bueno, nos traicionaron, y la traición se paga en Bolivia”, advirtió Paz, al tiempo que cifró la deuda nacional en 40.000 millones de dólares.

El plan económico de Rodrigo Paz

El mandatario presentó los lineamientos de su plan económico, al que definió como un “capitalismo para todos”. El eje central será el crédito barato a emprendedores, la reducción de aranceles para la importación de tecnología y vehículos, y una apertura comercial que marque distancia con las políticas intervencionistas del pasado.

“La ideología no te da de comer. Lo que te da de comer es el empleo, la producción, el respeto a la propiedad privada”, enfatizó.

Antes de asumir, Paz viajó a Estados Unidos para reunirse con el secretario de Estado, Marco Rubio, y con organismos multilaterales en busca de financiamiento y abastecimiento energético. Según su entorno, esos contactos permitieron garantizar el ingreso inmediato de combustibles. “Mientras estamos hablando, están entrando las cisternas de diésel y gasolina. Desde anoche cruzan nuestras fronteras para terminar con esas malditas filas”, aseguró durante su discurso, mientras la televisión estatal mostraba imágenes del arribo de camiones cisterna.

Hijo del histórico dirigente político Rodrigo Paz Zamora, el nuevo presidente nació en 1967 en Santiago de Compostela, España, durante el exilio de sus padres. Su trayectoria combina la gestión pública y la empresa privada, y en la campaña electoral logró aglutinar a sectores de centro y centro-derecha bajo un discurso de renovación pragmática.

El vicepresidente Edmand Lara, un ex policía con fuerte inserción en sectores populares, juró junto a Paz ante la Asamblea Legislativa, que inició también su nueva legislatura.

Con el 54,9 % de los votos en la segunda vuelta del 19 de octubre, Paz obtuvo una victoria clara frente al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga, su rival conservador. El resultado marcó un punto de inflexión en la política boliviana, que durante casi dos décadas giró en torno a la figura de Evo Morales y el MAS.

En su cierre, Paz reiteró su mensaje de cambio: “Comienza un tiempo de libertad y también de responsabilidad. Nadie está por encima de la ley ni de la Patria”. La multitud que lo acompañó en la plaza Murillo respondió con una consigna que podría definir el espíritu de su gestión: “Bolivia vuelve al mundo, y el mundo vuelve a Bolivia.”

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