Internacionales
La duquesa fue fotografiada con los pechos al aire libre durante las
vacaciones y la realeza británica volvió a sufrir exhibicionismo tras
el desnudo del príncipe Harry
La duquesa de Cambridge Kate Middleton optó por un topless al momento de tomar vacaciones sin pensar que un paparazzi francés llevaría su imagen a una tapa de revista y provocaría un nuevo escándalo en la realeza británica, que aún no se repone del desnudo del príncipe Harry.
“Kate Middleton se relaja tanto cuando se aleja de Londres que se olvida hasta de ponerse la parte de arriba del bikini”, bromea la revista ‘Closer‘, que agrega “la última moda entre los Windsor es desnudarse en público” con una referencia al strip brillar que jugó Harry hace unas semanas.
“Desde su llegada al aeropuerto de Marsella-Marignane, en vuelo comercial, el pasado 5 de septiembre, la pareja real se mostraba especialmente relajada. Kate incluso se fumó un cigarrillo antes de subirse al coche que había ido a buscarles”, apunta ‘Closer’.
“De esa forma olvida la grisura y la soledad de la casa de la Isla de Anglesey, en Gales, donde se ha aburrido buena parte del verano esperando que el príncipe Guillermo, piloto de la Royal Air Force, quedara libre de sus obligaciones militares… Adiós a las reverencias, las sonrisas fingidas, los actos caritativos, exaltada por los efluvios de la lavanda de los campos circundantes, Kate ha disfrutado tanto de los deliciosos momentos de ‘far niente’ que ha decidido ofrecer su pecho a la dulce caricia del sol provenzal”.
El lugar elegido fue una mansión aislada sin casas ni populosos pueblos cercanos. Sólo hay una aldea, la de Gignac, con menos de 100 habitantes, y la piscina y el solarium resultan visibles desde un monte cercano, luego elegido para el reportero gráfico.
“Desde su llegada al aeropuerto de Marsella-Marignane, en vuelo comercial, el pasado 5 de septiembre, la pareja real se mostraba especialmente relajada. Kate incluso se fumó un cigarrillo antes de subirse al coche que había ido a buscarles”, apunta ‘Closer’.
“De esa forma olvida la grisura y la soledad de la casa de la Isla de Anglesey, en Gales, donde se ha aburrido buena parte del verano esperando que el príncipe Guillermo, piloto de la Royal Air Force, quedara libre de sus obligaciones militares… Adiós a las reverencias, las sonrisas fingidas, los actos caritativos, exaltada por los efluvios de la lavanda de los campos circundantes, Kate ha disfrutado tanto de los deliciosos momentos de ‘far niente’ que ha decidido ofrecer su pecho a la dulce caricia del sol provenzal”.
El lugar elegido fue una mansión aislada sin casas ni populosos pueblos cercanos. Sólo hay una aldea, la de Gignac, con menos de 100 habitantes, y la piscina y el solarium resultan visibles desde un monte cercano, luego elegido para el reportero gráfico.
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