Abusó de su hijastro, lo liberaron y violó a una chica

Esta historia pone al descubierto una vez más la cuestionada flexibilidad judicial para abordar a los sujetos sospechados o que cometieron agresiones sexuales, ya que el padre de su primera víctima (hoy de 13 años y en tratamiento psicológico para intentar recuperarse de las secuelas que lo dejaron esos vejámenes) enfatizó que “si cuando lo denuncié y los peritos comprobaron que mi hijo había sido abusado, lo hubieran dejado detenido, no habría estado suelto para cometer otra violación. Estuvo unos días, menos de una semana y lo largaron, mientras yo tuve que hacer cientos de trámites para que me dieron la tenencia del nene y de mi otra hija, ya que mi ex mujer y actual pareja lo encubrió en todo momento”.

José R., es el papá del chico que fuera abusado por el posteriormente violador de una joven, de 18 años, en episodios registrados, tanto intramuros, como en las calles de Guernica. “Se trata de Guido Ariel Rosalez, quien ahora está preso por el ataque a la chica y pronto será enjuiciado por el expediente que le abrieron por lo de mi hijo. Los días 1 y 2 de junio, ante el Tribunal Oral Criminal Nº 5 de La Plata, se hará el debate, donde por los informes de los peritos médicos y psicológicos que lo asistieron quedarán comprobados los abusos que tuvieron lugar cuando el nene vivía con su madre y esta bestia. Además, ojalá se unifiquen las dos causas, ya que el caso de la otra chica todavía está esperando que la Justicia le dé una respuesta”, consignó el hombre, en diálogo con DIARIO POPULAR.

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Los hechos se remiten a febrero de 2013, pero “nada se hizo”, hasta que dos años más tarde, el sindicado abusador atacó a una chica, de 18 años, cuando se dirigía a su trabajo como empleada doméstica, amenazándola con un cuchillo, para violarla en un descampado de Guernica. No obstante, también tuvo que pasar un tiempo para que Rosalez (de 39 años) fuera detenido, tras un seguimiento efectuado por investigadores policiales, que dieron su paradero cuando trabajaba y descargaba mercadería en una ferretería del barrio porteño de San Cristóbal.

Ahora, mientras cuenta con el respaldo de varias organizaciones sociales que acompañan su lucha, José R. (no se difunde su identidad para no exponer al menor de edad), contó como se inició su calvario. “Me separé de mi ex mujer y mis hijo quedaron en la casa con ella. No pasó mucho tiempo hasta que formó otra pareja e igual tenía contacto con el nene, el que pasaba conmigo todos los fines de semana. Hasta que un día, en medio de los llantos, me dijo que no quería ir más con su mamá y me obligaron a que se lo entregara. Después, cuando lo empezaron a tratar los psicológos, todo salió a la luz, tanto los abusos que sufría, como el ocultamiento que hacia su propia madre”.

Libertad condicional

A pesar de radicar la denuncia en la Unidad Funcional de Instrucción Nº 2 de La Plata, a poco de iniciarse la causa, lo procesaron, pero le otorgaron la libertad condicional.

“No pasó una semana, que Rosalez estaba otra vez afuera, aunque yo ya tenía a mis hijos conmigo, aunque a la nena me la quieren sacar, por una demanda que presentó la madre, la misma que fue cómplice del abusador del nene. Son las cosas inentendibles que tenemos que padecer. Mientras las víctimas tenemos que pagar abogados, ir a preguntar por el expediente, los jueces les dan beneficios a los violadores, quienes gozan de todas las garantías que a nosotros se los niega”, afirmó José R.