Gregorio Dalbón, el abogado que representa a la familia de Luciano Olivera, el chico de 16 años asesinado de un balazo policial en Miramar, pidió este miércoles a la Justicia la reconstrucción del hecho y otras medidas de prueba que apuntan a demostrar que hubo más policías responsables en el episodio.
El pedido fue formulado el mediodía por el letrado, quien al retirarse de los tribunales de esa ciudad balnearia dijo que realizó esos pedidos al juez de Garantías a cargo de la causa, ante quien se constituyó como abogado del particular damnificado en representación de la mamá de Luciano, Judit Aristegui.
“Solicitamos medidas como la reconstrucción, que posiblemente sea la semana que viene a efectos de que (Judit) no tenga que revictimizarse tanto tiempo”, indicó el letrado ante la prensa.
Dalbón aseguró que “hay medidas de prueba para motivar y fundamentar los pedidos de las próximas detenciones” y que “tienen que ver con las cámaras, que ya fueron secuestradas”.
“Hay cámaras del patrullero, tengo temor que siendo la policía la que está custodiando, sin prejuicio que es la Federal y confiamos. Espero que una cámara funcione, si funciona, vamos a tener la visualización del hecho concreto y un sonido importante en relación a las conversaciones que se hicieron al momento del hecho”, estimó Dalbón, tras lo cual dijo: “Esperemos tener ahí un vislumbramiento hacia la verdad”.
El abogado de la familia de Luciano expresó que al igual que en el caso Lucas González, el adolescente asesinado de un disparo en la cabeza por policías de la Ciudad en el barrio porteño de Barracas y a cuyos padres también representa, “a medida que van declarando lo efectivos, solos van diciendo quiénes estaban en la escena”.
“Todos los que estaban en el lugar han visto cómo le dejaron el brazo a la mamá de Luciano, que le dijeron que fue un accidente, que la veían y la cargaban”, sostuvo.
Por último, Dalbón se refirió al comisario Edgardo Vulcano, jefe de la Policía de Seguridad Comunal de General Alvarado, quien fue desplazado de sus funciones tras el crimen del adolescente.
“Las heridas a Judit se las infligieron todos los policías que estaban ahí. De la boca de Vulcano salía “espósenla”. Y era la mama de un chico muerto. Había que contenerla, no esposarla”, dijo Dalbón, tras lo cual concluyó: "Para llegar a comisario hay que vivir situaciones límite, parecería ser que Vulcano es un novato, decir eso es deleznable como persona y ser humano”.