Nahir Galarza, la joven de 19 años que fue procesada con prisión preventiva por el crimen de su ex novio en Gualeguaychú, denunció hace tres años un secuestro que nunca pudo ser acreditado, durante el cual presuntamente fue capturada en un auto, permaneció un día desaparecida y fue drogada.
El hecho, que también tuvo lugar en Gualeguaychú, ocurrió cuando la joven tenía 16 años y aún cursaba sus estudios en la Escuela Normal Olegario Víctor Andrade, y según su testimonio, fue secuestrada a la salida del establecimiento por un vehículo que transitaba en la zona.
Con el paso de las horas, la familia Galarza alertó a la Policía sobre la ausencia de la adolescente, que finalmente apareció poco después sana y salva.
Nahir dijo entonces que cuando salía de la escuela fue abordada y obligada a subir a un auto, en donde la drogaron y perdió el conocimiento.
Indicó que luego de eso no se acordaba de más nada hasta que cerca de las 21 de ese mismo día despertó tirada en un terreno baldío por la zona norte de Gualeguaychú, cerca de un hipermercado Carrefour.
La chica, de acuerdo a notas periodísticas de la época, tenía pastos en el cabello y estaba un poco desalineada, aunque no había indicios de que hubiera sido víctima de un ataque sexual.
El médico de Policía tampoco constató lesiones ni marcas de ningún tipo sobre la piel y el fiscal que realizó la investigación no pudo acreditar la veracidad de lo denunciado, por lo que el caso cayó rápidamente en el archivo.
El fiscal que investiga el crimen de Fernando Pastorizzo, informó que la Nochebuena pasada, cinco días antes del homicidio, hubo una pelea a golpes entre ambos jóvenes en la puerta de una discoteca.
“Hubo un problema entre ellos en Navidad y la fiscalía ha acreditado que ese día el fallecido y ella estuvieron juntos el 24 a la noche”, explicó a la prensa en fiscal de la causa, Sergio Rondoni Caffa.
“Hubo un problema entre ellos, una discusión que se dio fuera de una discoteca y una pelea a golpes”, añadió.
Rondoni Caffa explicó que, según declaraciones de testigos, “ella le pegó a él, pero también él le había pegado en la cabeza a ella, había una situación de violencia de ambas partes”.
De este modo, el representante del Ministerio Público confirmó rumores sobre hechos de violencia en la relación entre ambos jóvenes.
El fiscal consideró que “tiene que haber alguna explicación para que se volvieran a ver” cinco días después, el 29 de diciembre, cuando ocurrió el crimen, y espera obtener esa información a partir de los teléfonos celulares de ambos, que ya fueron secuestrados en el marco de la causa y son sometidos a peritajes.