El crimen que mantiene en vilo al país podría dar un paso hacia la verdad, al conocerse los resultados del ADN tomado de las uñas de la joven de 16 años. Todos apuntan al portero
Funcionarios de la investigación judicial esperan recibir este lunes un informe preliminar de los peritajes sobre muestras biológicas, que serán una pieza clave para resolver el crimen de Ángeles Rawson.
Los rastros de cabellos y manchas encontradas en el baúl del Renault Megane de Jorge Mangeri, encargado del edificio donde vivía la víctima -Ravignani 2360, Palermo-, y en el sótano.
Según las fuentes judiciales, los investigadores procuran determinar si en esas muestras está el ADN de Ángeles, ya que una de las sospechas es que el auto pudo haber sido el vehículo para trasladar el cadáver de la adolescente.
En ese sentido, también se investiga si el cuerpo de Ángeles fue a su vez colocado en el sótano del edificio antes de ser descartado a la basura.
Los investigadores también aguardan más resultados de laboratorio sobre otras muestras, entre ellas, las levantadas del cadáver como el hilo sisal con el que la estrangularon y ataron, un cabello hallado adherido a una de las uñas, el uniforme de gimnasia escolar que tenía colocado y su ropa interior.
En estas muestras, las pesquisas procuran hallar el patrón genético de el o los asesinos.
También se levantaron muestras en un contenedor de basura ubicado en pasaje Voltaire y Arévalo, a 300 metros del predio del Ceamse de Colegiales y de la esquina donde Ángeles se despidió de sus amigas poco antes de ser asesinada.
En este caso, la presunción de los investigadores es que el cuerpo de la chica pudo haber sido arrojado allí dentro.
Además, los peritos también analizan los diferentes objetos secuestrados en los allanamientos al departamento donde Ángeles vivía con su familia y al del encargado detenido e imputado.
A una semana del crimen de Ángeles, el principal sospechoso de el portero quien fue detenido durante la madrugada del sábado y este sábado se negó a declarar en su indagatoria ante el juez de la causa, Roberto Ponce.
Entre la detención y la indagatoria, Diana Seattone, la esposa de Mangeri, aseguró a la prensa que su marido es un "perejil" y denunció que lo "quemaron y picanearon" durante un apriete que sufrió el viernes antes de ir a declarar como testigo ante la fiscal de la causa, Paula Asaro.
Ese día, Mangeri había sido trasladado a la fiscalía cuando la madre y los hermanos de Ángeles ya hacía ocho horas que se hallaban declarando.
Según una fuente judicial, el portero había sido citado a declarar el miércoles y no se presentó, el jueves tampoco y por eso el viernes lo fueron a buscar a su casa.
Una fuente de la investigación indicó que el encargado comenzó a declarar bajo juramento ante la fiscal y dijo que no había concurrido antes porque "no se lo permitieron".
Si bien no trascendió su declaración, los pesquisas explicaron que en un momento Mangeri se autoincriminó en el hecho y la fiscal lo relevó del juramento de decir verdad, lo imputó en la causa y quedó detenido.