Bajo un fuerte operativo de seguridad, el empresario Lázaro Báez asistió este viernes al sepelio de su madre en el Cementerio de Río Gallegos, tras haber sido autorizado por la Justicia para abandonar momentáneamente el penal de Ezeiza, donde cumple prisión preventiva.
Custodiado por representantes del Servicio Penitenciario Federal, Báez había arribado a la provincia patagónica este viernes cerca de las 2 en un vuelo de Austral y apenas llegado fue ubicado en la Unidad Penitenciaria 15 de Río Gallegos.
Pasadas las 9 se dirigió, escoltado por cuatro efectivos, a la sala velatoria y posteriormente al cementerio local para participar, junto a su esposa y la mayoría de sus hijos, de la ceremonia de entierro de su madre, Floriana Rodríguez, quien falleció el miércoles último a los 89 años.
La familia del empresario evitó realizar un velatorio público para impedir la presencia de medios.
A escasos metros donde se desarrolló la ceremonia de despedida de Floriana Rodríguez, se encuentra el mausoleo que el propio Báez mandó a construir en 2011 para albergar los restos del expresidente Néstor Kirchner.
Está estipulado que el empresario viaje de regreso a Buenos Aires este sábado por la mañana para ocupar nuevamente su celda en el Penal de Ezeiza, donde se encuentra detenido desde abril de 2016 por orden del juez federal Sebastián Casanello, a raíz de una causa por lavado de dinero.
Luego de que una puja por quién se haría cargo de los gastos del traslado, el Servicio Penitenciario acordó con el Ministerio de Justicia que Lázaro Báez fuera quien pagara su pasaje.
Floriana Rodríguez murió luego de padecer una larga enfermedad y se encontraba postrada en una cama desde hacía tiempo, bajo el cuidado de la esposa de Lázaro Báez, Norma Calismonte.
En marzo del año pasado, la defensa del empresario había pedido un permiso para que Báez viajara a Santa Cruz a visitar a su madre en medio de su delicado estado de salud, pero la solicitud le había sido denegada.