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Como era de esperarse, Mauricio Macri no se perdió la Superfinal de la Copa Libertadores. Desde la quinta familiar de Los Abrojos, en Malvinas Argentinas, el presidente siguió el minuto a minuto del encuentro y de la organización.
El primer mandatario gritó los dos goles de su equipo acompañado de Juliana Awada, Antonia y Valentina, la hija de su mujer, a pesar de que había trascendido que miraría el partido junto a amigos y funcionarios de su Gabinete.
Si bien en los últimos días se vio involucrado en diferentes polémicas, primero por su intensión de que el encuentro se llevara a cabo con hinchada visitante, y después por su metida de pata en sus dichos sobre Gallardo, no tiene previsto pronunciarse sobre el resultado de la final.