Nueve personas fueron detenidas y varias sufrieron heridas a raíz de una violenta protesta que realizaron trabajadores del Sindicato de Luz y Fuerza frente al edificio central de la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (EPEC), de la ciudad de Córdoba.
Según trascendió, en medio de la protesta en la que se reclamó por un aumento salarial y reivindicaciones de derechos laborales, los manifestantes atacaron con piedras y elementos de pirotecnia a los efectivos policiales porque no permitieron el acceso de un vehículo con cubiertas para incendiar y piedras -entre otros elementos-, a lo cual éstos respondieron con balas de goma para tratar de desactivar el nivel de violencia del sector sindical.
Ante los violentos incidentes, la Policía detuvo a nueve manifestantes, entre ellos al empleado jerárquico de EPEC, Héctor Tosco, hijo del mítico gremialista cordobés Agustín Tosco. La situación fue controlada cerca de las 14, en tanto algunos trabajadores de prensa y manifestantes, entre ellos el jefe del Sindicato de Luz y Fuerza, Gabriel Suárez, resultaron con heridas de balas de goma, mientras que al menos una decena de vehículos estacionados en la zona sufrieron daños.
Por su parte, Suárez repudió la "brutal represión" y sostuvo ante los medios locales que solo pretendían entregar un petitorio a las autoridades de la EPEC.
En tanto, una fuente policial afirmó que al menos tres efectivos del organismo de seguridad resultaron con heridas por los ataques de los manifestantes.
Finalmente, el fiscal de Instrucción, Gustavo Dalma, abrió una investigación penal para tratar de determinar las responsabilidades sobre el incidente violento.
Momentos después del hecho, la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) -que a nivel nacional conduce Hugo Yasky- y la filial porteña de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) -que orienta Daniel Catalano-, repudiaron lo sucedido en Córdoba.
El secretario de Comunicación de la central obrera, Carlos Girotti, rechazó "la represión policial con balas de goma a trabajadores lucifuercistas que se movilizaron en reclamo de un aumento salarial" y "el intento de privatización de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC)".
Asimismo, la CTA se solidarizó con "el legítimo y pacífico reclamo de los trabajadores", por lo que exigió "el cese de la represión contra las organizaciones sindicales, sociales y políticas".
Bajo esta línea, la central obrera aclaró que Suárez procuró, junto con otros dirigentes, entregar "un petitorio al directorio de la EPEC y fueron reprimidos por las fuerzas policiales que, en todo momento, les impidieron el paso".
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