La cúpula del PRO se reunió para terminar con el choque entre la presidenta del partido, Patricia Bullrich y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por la seguridad en torno de la casa de Cristina Kirchner.

Los máximos dirigentes del PRO se reunieron este martes al mediodía y decidieron dar por finalizada la polémica pública -por el manejo de la seguridad en las cercanías de la casa de la vicepresidenta Cristina Kirchner- entre la presidenta del partido, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Durante un almuerzo, del que participaron además de Bullrich y Rodríguez Larreta, Mauricio Macri, Diego Santilli, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo, entre otros dirigentes, se tomó la decisión de bajar los decibeles de discusión generada por el manejo del orden público en la zona de Juncal y Uruguay, donde habita la expresidenta y que tuvo su pico de tensión el sábado pasado, cuando se dispuso un vallado que horas después fue retirado.

Esa medida fue duramente critica en medios y redes por Bullrich, quien acusó al jefe de gobierno porteño de actuar con "debilidad" y afectar la credibilidad del PRO frente al electorado.

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Por su parte, Rodríguez Larreta ratificó que la decisión de sacar el vallado del barrio de Recoleta fue para preservar la paz social y basada en un acuerdo de finalización del acampe de la militancia kirchnerista en la zona.

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Larreta sostuvo durante el encuentro que las declaraciones de Bullrich "dañan la unidad" del partido, opinión que fue compartida por la mayoría de la cúpula del PRO presente en el restaurante Happening de la avenida Costanera Norte.

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"Hemos decidido dar por cerrado este hecho"

Al salir del almuerzo, Bullrich sostuvo: “A partir de ahora hemos decidido dar por cerrado este hecho y hemos decidido también que cuando el gobierno de la Ciudad toma decisiones, previas consultas a todos nosotros, respecto al apoyo que necesita, debe mantener la posición tomada y, en caso contrario, el gobierno de la Ciudad debe no preguntar y de esa manera tener la decisión y hacerse cargo y, en consecuencia, será su decisión y no la de todos.

Según informaron fuentes del encuentro, la presidenta del PRO acordó bajar el tono de sus críticas pero advirtió que no dejará de opinar sobre los temas que, a su criterio, son importantes para la sociedad y la imagen del partido que ella misma preside.

Los mismos informantes indicaron que el expresidente Mauricio Macri tuvo un rol de mediador entre Bullrich y Larreta y que buscó reducir el nivel de enfrentamiento, aunque sostuvo que se debía garantizar la seguridad y tranquilidad de los vecinos de Recoleta y de toda la ciudad.

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Un acuerdo provisorio

Todos los participantes del encuentro que hablaron con los medios aseguraron que daban por finalizada la polémica entre la presidenta del PRO y el jefe de Gobierno porteño, aunque la sensación que quedó es que la polémica podría resurgir en cualquier momento.

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