En un escenario convulsionado por la crisis financiera, las internas partidarias y la campaña electoral, la Iglesia dio un fuerte mensaje a la sociedad. “Vivimos una cultura en la que todos gritan y nadie escucha”, afirmó Monseñor Oscar Ojea, Obispo de San Isidro.
En el marco de la 122° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, la celebración de la Eucaristía presidida por su presidente, monseñor Oscar Ojea, finalizó con un texto que leyó a los presentes en el que destacó que “vivimos una cultura en la que todos gritan y nadie escucha”.
"Los obispos perciben una sensación de desánimo y tristeza en la gente", advirtió el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, donde más de un centenar de obispos de todo el país comenzaron en Pilar las deliberaciones.
"En este momento, el deseo de los obispos es llevar y tener una voz de esperanza”, se remarcó desde la Iglesia. Al oficiar una misa en el cierre de la segunda jornada de la asamblea, Ojea contrastó el clima de tensión con la disposición al diálogo que muestra el Papa Francisco en el reciente documental "Amén".
En un contexto signado por las mediciones del Indec que, por un lado, marcó que un 40% de los habitantes vive bajo la línea de pobreza en la Argentina y, por el otro, dio cuenta de una inflación de más del 20% en los primeros tres meses de 2023, desde la Iglesia insistieron en poder emular la figura del Papa Francisco.
“El Papa Francisco pone en práctica estas actitudes en su diálogo con los jóvenes en el documental “Amen, Francisco responde”. Allí lo vemos “entrar” en la conversación en la que chicos y chicas ya están compartiendo. El Papa se integra como uno más en la charla”, explicaron.
“Francisco participa de el con un estilo humilde, que lo hace cercano, sabiendo que vivimos una cultura en la que todos gritan y nadie escucha. El Papa los escucha. Esta es una actitud profética, no demagógica. Llega y se sienta a escuchar. No va a bajar línea, se integra en la conversación y escucha largamente”, insistieron, marcando las fuertes diferencias actuales con la dirigencia política local.
En su homilía, Ojea también recordó la importancia "de la escucha". "Creer en último término es una mirada que nace de una escucha, por eso la escucha es más importante que la mirada. El acto de ver resulta más impositivo. Por la mirada tendemos a poseer el mundo y a dominarlo, definimos y ponemos etiquetas a la realidad con una mirada sesgada. La escucha en cambio, que muchas veces se hace llamada, nos asalta y nos sorprende. Estamos indefensos ante su llegada", sostuvo el prelado.
En su mensaje, Ojea además sostuvo que "esta escucha para ser efectiva debe hacerse desde abajo; con la humildad de quien reconoce en el otro alguien de quien se puede aprender, alguien digno de ser escuchado; desde cerca; haciéndonos vulnerables por la proximidad a lo que el otro nos quiere comunicar y desde dentro; ya que la verdadera sede de la escucha es el corazón. Como decía San Agustín, no tengan el corazón en los oídos, sino los oídos en el corazón".
"Hablamos de una escucha incondicional que, si ofrece algún privilegio, es para aquellos y aquellas a quienes nadie escucha. Justamente son aquellos a los que Jesús quiere que escuchemos mejor", agregó.
La Asamblea Plenaria de la CEA se extenderá en la tradicional Casa de Retiros "El Cenáculo", en la localidad bonaerense de Pilar, hasta el próximo viernes, cuando se espera que emita un documento sobre la situación económica del país, en un contexto de campaña electoral.