La presidenta Cristina Fernández de Kirchner será recibida el próximo domingo por el papa Francisco en el Vaticano, en el que probablemente será el último encuentro antes de que la jefa de Estado concluya su mandato.
Entonces será la quinta vez que Francisco y Cristina se reúnan desde que Jorge Bergoglio, ex arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, fuera elegido Papa el 13 de marzo de 2013.
El encuentro en el Vaticano se concretará un mes antes del inicio formal en Argentina de la campaña electoral para las primarias de agosto, en las que se definirán los candidatos que podrán competir en las presidenciales de octubre.
A diferencia de encuentros previos, como la última visita oficial de Cristina al Vaticano, en septiembre pasado, cuando compartió con Francisco un almuerzo en la residencia Santa Marta, esta vez la mandataria será recibida en un salón cercano al aula de audiencias Pablo VI.
El cambio obedece a una decisión del propio Francisco de evitar que su figura, cuya influencia es innegable en Argentina, sea un factor de incidencia en el complejo escenario político argentino de cara a las elecciones.
Francisco ya había decidido excluir a Argentina de los destinos sudamericanos que visitará este año para no incidir en la campaña, pero resolvió además poner ciertas condiciones para sus encuentros con políticos argentinos luego de que esas reuniones fueran utilizadas por los propios visitantes para promocionarse.
Antes de Cristina, Francisco recibirá el viernes a la presidente chilena, Michelle Bachelet, y el domingo hará lo propio con Cristina y el presidente venezolano Nicolás Maduro, según confirmó ayer el Vaticano. Estos encuentros forman parte de una agenda muy cargada de Francisco, que es esperado el sábado para una visita de un día a Sarajevo y se prepara para publicar una encíclica sobre la ecología.
Maduro, que estuvo en abril de 2014 en el Vaticano, es criticado por la oposición y la Iglesia de su país por violaciones de los derechos humanos y actos violentos.
El ex nuncio de Caracas, Pietro Parolin, actualmente secretario de Estado (número dos) del Vaticano, intentó una discreta mediación entre el poder y la oposición.
Con la presidente chilena, los sujetos de discusión se revelan menos delicados. La cuestión del acceso al mar de Bolivia, motivo de tensión entre los dos países vecinos, podría ser abordada antes de la visita a La Paz del Sumo Pontífice.
En otro orden, el titular de la consultora Equis, Artemio López, aseguró que "la Presidenta termina su segundo mandato con el 60% de imagen positiva" y que el Frente para la Victoria alcanza "un piso muy voluminoso del 33 por ciento" de los electores nacionales. En cambio, el consultor aseguró que "todavía hoy no está claro que Macri esté por arriba de los 30 puntos". En ese sentido, expresó que "Macri deberá resolver la situación de fragmentación de la oposición y al mismo tiempo el FpV debería hacer las cosas muy mal como para no obtener más del 40 por ciento, porque ninguna Presidenta termina su segundo mandato con este nivel de popularidad, aceptación de la gestión, niveles de empleo y de consumo".
López explico que el piso del FpV se mantiene desde las elecciones del 2009 cuando "Néstor Kirchner obtuvo un 32,7 por ciento a nivel nacional en medio de la crisis de caída del PBI, destrucción de empleo, la 125 y todos los medios fustigando al gobierno". También recordó que en las elecciones del 2011 y 2013 "la segunda fuerza opositora obtuvo sólo 16 puntos, una cifra nunca vista antes en la historia argentina".
El analista político indicó que "el FpV es una fuerza que organiza el sistema de representación política" y que según consultoras oficialistas y opositoras "el volumen de aceptación de la Presidenta crece de manera sostenida y pese a que ella no va a ser candidata su imagen positiva está por arriba del 60 por ciento". En ese sentido, aseguró que "la construcción de la oposición va a tener que ser muy sólida porque con 40 puntos y sacándole más de 10 al segundo, se gana en primera vuelta".
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