Escuchaban música a elevado volumen y tenían gran cantidad de bebidas alcohólicas. Sospechan que había consumo de estupefacientes. Fueron los vecinos quienes la denunciaron.

Agentes policiales y municipales del área de Bromatología de Berazategui desbarataron una fiesta clandestina en El Pato en la cual había más de un centenar de invitados, música en niveles altísimos que molestaba a los vecinos y una inmensa cantidad de bebidas alcohólicas, en tanto que sospechan que los asistentes también estaban consumiendo estupefacientes, motivo por el cual clausuraron el espacio y desalojaron a quienes estaban adentro.

Se trata de un operativo que busca que descienda el desorden en la vía pública y que no haya damnificados en eventos que carecen de habilitación. Es por ello que tras un llamado, acudieron de inmediato para que se apaguen los parlantes, se prendan las luces y quienes estaban bailando salieran a la vereda y se marcharan a sus respectivas viviendas. Si bien no hubo ni peleas ni disturbios, se montó un importante operativo en la puerta de la finca y en los alrededores.

Todo comenzó durante la madrugada del domingo en una casa quinta situada en El Pato, Berazategui, en la intersección de la Ruta 36 y calle 548, donde se estaba desarrollando una fiesta clandestina que había tenido su convocatoria a través de redes sociales por parte de múltiples grupo de jóvenes. Así las cosas, fueron cientos de asistentes quienes pasaron toda la noche en la mencionada ubicación bebiendo alcohol y, muchos de ellos, consumiendo estupefacientes.

Los decibeles de los parlantes infringieron las normas establecidas y empezaron a molestar a los vecinos, motivo por el cual alertaron al 911 sobre lo que estaba sucediendo allí y pidieron que pongan un freno a este evento ya que no podían dormir. Menos de una hora más tarde, un patrullero con agentes policiales de la Comisaría 5ta de Berazategui y operarios de Bromatología de la Municipalidad se apersonaron y pidieron hablar con la persona encargada del espacio.

Si bien la organización no estuvo en manos de alguien particular, pidieron desalojar el sitio y los asistentes tuvieron que marcharse, mientras que secuestraron las bebidas, los envases y demás. No tardaron en sospechar que algunos tenían drogas encima, ya que al salir los jóvenes, a simple vista se podía ver el efecto que las mismas habían causado en sus organismos por las conductas corporales.

Lo cierto es que pusieron una faja de clausura en el espacio y los uniformados permanecieron allí hasta que se fue el último asistente. Además, montaron un operativo para que el desalojo se diera con tranquilidad y, en caso de que se iniciara una pelea, poder contenerla con rapidez para que no pase a mayores. Sin embargo, nadie lo intentó siquiera y no hubo disturbios en la vía pública.

El caso está en manos de las autoridades judiciales para determinar si se trata de un hecho aislado o de un grupo que organiza fiestas clandestinas en el distrito.

Cabe destacar que hace poco más de un mes, en Quilmes pasó algo similar en un boliche situado sobre avenida Calchaquí también un domingo, en el cual habían montado un evento extenso con bebidas alcohólicas y drogas.

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