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Para que no se activen las alarmas, cortaron el suministro de luz, rompieron ventanas y baños, se llevaron canillas, desconectaron el gas, sacaron las estufas y las dejaron tiradas en el patio y destrozaron armarios y cajones.
A raíz de un lamentable robo en dos escuelas -una primaria y una secundaria- de Quilmes Oeste, los alumnos se vieron privados del inicio de clases hasta que las autoridades logren reparar los daños y reponer el material sustraído, en tanto que junto con los investigadores intentan dar con el paradero de los malvivientes, que además de llevarse objetos de valor, causaron serios destrozos en las instalaciones, mientras que los allegados indicaron que es el sexto hecho que sufren.
Un nuevo episodio de vandalismo e inseguridad tuvo lugar en un establecimiento educativo del distrito y complicó a los más pequeños para asistir a estudiar, tras las vacaciones de invierno. Lo cierto es que este tipo de ilícitos se multiplicaron en el último tiempo.
Ocurrió durante el fin de semana, cuando un grupo de delincuentes ingresaron a la Escuela Primaria 3 y a la Escuela de Educación Secundaria 28, situadas en Avenida La Plata entre 1° de Mayo y San Mauro. Aprovecharon que no había nadie en el edificio, como así también la oscuridad de la madrugada, para colarse en las instalaciones y causar daños gigantes. Lo hicieron picando la pared, forzando una puerta y doblando el enrejado de otra, que quedaron totalmente destruidas. Una vez adentro, tomaron todo lo que tuvieron a su alcance y lo robaron.
Para que no se activen las alarmas, cortaron el suministro de luz y se metieron en cuanta oficina, aula y espacio vieron. Además, rompieron ventanas, baños, descolocaron las piletas e inodoros, se llevaron canillas, desconectaron el gas, sacaron de eje las estufas y las dejaron tiradas en el patio. Por otro lado, destrozaron armarios, revolearon cajones y, con lo poco que pudieron recabar, se dieron a la fuga. Fue más lo que dañaron que lo que sustrajeron.
En sintonía, el lunes a la mañana, cuando llegaron los trabajadores para dar inicio al ciclo tras dos semanas de vacaciones, se encontraron con el desolador panorama y decidieron en conjunto suspender las clases. Esto se debe a que no había material para calefaccionar el ambiente y hacer frente a las bajas temperaturas, como así tampoco un baño al cual los menores y personal docente y no docente puedan asistir.
La comunidad educativa repudió desde un principio el hecho y extendieron una mano a las autoridades escolares para poder reparar los daños y que de ese modo los chicos puedan volver cuanto antes a la escuela. Sin embargo, esto es algo complicado ya que los robos no están previstos en los presupuestos y arreglar lo que los delincuentes hacen es muy costoso.
Cabe destacar que anteriormente ya se habían robado el material que los alumnos utilizan en las clases de educación física, como redes, pelotas, conos y otros elementos.
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