
Cuatro detenidos y el secuestro de 700 bultos de mercadería ilegal, 20 millones de pesos, 50 mil dólares y seis vehículos fue el resultado de ocho allanamientos simultáneos en Quilmes y Lanús.
Cuatro personas detenidas y el secuestro de 700 bultos de mercadería ilegal de distintos rubros, como artículos electrónicos, tecnológicos, perfumes y hasta de 70 celulares y la incautación de 20 millones de pesos, 50 mil dólares y seis vehículos, algunos de alta gama, fue el saldo que arrojaron ocho allanamientos en simultáneo en Quilmes y Lanús con el objetivo de desbaratar una organización dedicada al contrabando.
Los operativos tuvieron lugar en domicilios particulares, depósitos, espacios utilizados para la venta y hasta en un barrio privado y oficina.
Todo comenzó septiembre, a partir de una denuncia generada por la Unidad Técnico Operativo Judicial del Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires sobre una organización que comercializaba productos de origen extranjero sin respaldo aduanero. En ese contexto, los investigadores de la Policía de la Ciudad detectaron perfiles en redes sociales que ofrecían una amplia variedad de artículos, principalmente tecnológicos y electrónicos, y que se encontraban conectados entre sí.
Gracias al rápido accionar, lograron identificar a los responsables de las cuentas y los espacios físicos utilizados como depósitos, showrooms y oficinas de venta. Además, a partir del cruce de información societaria, bancaria, migratoria y registral, lograron reconstruir el funcionamiento de la organización y el rol de cada uno de sus integrantes.
Uno de los investigados cumplía un rol visible en redes sociales, promocionando los productos; otro coordinaba la adquisición de mercadería y la gestión comercial; y un tercero intervenía en la logística y los envíos. A eso se sumaba un cuarto integrante que participaba en tareas de acopio y traslado de los productos.
Las tareas de campo y seguimientos permitieron confirmar la existencia de varios depósitos interconectados, una oficina comercial utilizada para ventas presenciales y una operatoria constante de carga y descarga de bultos con mercadería extranjera.
Además, el análisis de más de 800 envíos reveló un patrón repetido de traslados desde zonas de frontera, como Paraguay y Brasil con procedencia China.
Finalmente, para avanzar con la causa, los agentes usaron la figura del agente revelador: se realizaron compras controladas en los puntos investigados, lo que permitió reunir prueba directa sobre la comercialización de mercadería en infracción a la normativa aduanera y posibilitó los allanamientos.