El exjugador del Taladro, emblema del título del Apertura 2009 y el ascenso en 2014, descartó dirigir al club por razones emocionales y profesionales. Su deseo: trabajar en otra función dentro de la institución.
Walter Erviti, un nombre que resuena con fuerza en la historia de Banfield, dejó una huella imborrable como futbolista. Fue figura clave en el equipo que logró el histórico título del Torneo Apertura 2009 y también líder del plantel que consiguió el regreso a Primera División en 2014 . Sin embargo, ya retirado de las canchas y enfocado en su carrera como entrenador, el ex volante sorprendió al descartar rotundamente la posibilidad de dirigir al Taladro en algún momento de su trayectoria.
En una reciente entrevista con Código Banfield , Erviti fue contundente al responder sobre esta posibilidad: "Yo nunca voy a ser entrenador de Banfield". Esta declaración no solo refleja su apego sentimental al club, sino también su visión crítica sobre los desafíos que enfrenta un director técnico en el fútbol actual.
Erviti explicó que su negativa está profundamente ligada a sus sentimientos hacia la institución y a la naturaleza exigente del rol de entrenador. "No quiero mezclar mis sentimientos ni mi carrera como futbolista a un proceso que es cruel, como el de entrenador", subrayó.
Además, destacó que ser entrenador de Banfield implica asumir un ciclo extremadamente corto, condicionado por los resultados inmediatos. "Ser hoy entrenador de Banfield te limita a trabajar en el club seis u ocho meses, con suerte, y mi deseo y mi pertenencia es más grande que un ciclo de resultados", agregó.
Esto no significa que Erviti haya cerrado las puertas a regresar a Banfield. Por el contrario, su deseo es formar parte activa del club, aunque en una función diferente a la de director técnico. Según declaró, su vocación está orientada hacia la política institucional, donde pueda contribuir al crecimiento y bienestar del Taladro desde otro ámbito.
"No me veo como presidente, pero sí como parte de un equipo que desee que a Banfield le vaya bien", remarcó. Y en esa línea, concluyó: "Yo tengo en claro que no quiero ser DT de Banfield y por eso he participado en la política del club de manera intensa".
La decisión de Erviti pone de manifiesto su profundo respeto por lo que Banfield representa en su vida, tanto profesional como personalmente. Prefiere mantener su legado intacto y evitar que los vaivenes propios del cargo de entrenador puedan afectar su relación con el club.
En lugar de buscar un lugar en el banquillo, Erviti apuesta por colaborar desde otro espacio, trabajando en proyectos a largo plazo que permitan fortalecer la institución. Su compromiso con Banfield trasciende lo deportivo, demostrando que su amor por el club va más allá de cualquier resultado o posición en la tabla.