El malviviente, de 24 años y visiblemente bajo el efecto de las drogas, la amenazó con un palo dentro de una bolsa. Pero lo advirtieron varios al concurrentes que lograron reducirlo y llamaron al 911, tras lo cual fue detenido por la policía.
Vecinos de La Cañada inmovilizaron y entregaron a las autoridades policiales a un delincuente que se metió a una iglesia y le quiso robar con un palo a una mujer, mientras que tras relevar las filmaciones de monitoreo de las horas previas al ilícito en la misma zona, dieron cuenta que el sujeto venía llevando a cabo un raid delictivo del cual fue víctima otra vecina a la cual le sacó el teléfono celular.
Un nuevo episodio de inseguridad pone en jaque a la comunidad quilmeña e incluso a los feligreses del distrito, que tuvieron que pasar por una situación un tanto espesa en sus propias instalaciones. Lo cierto es que se venían perpetrando episodios similares en parroquias de Solano y Florencio Varela, aunque nunca habían podido atrapar a los responsables en el mismo momento. Esto se debe a que entraban cuando los espacios estaban cerrados y se llevaban parlantes, objetos que servían para las misas y demás.
Pero en esta ocasión todo cambió, cuando un malviviente de 24 años, se apersonó en la iglesia situada en Quilmes Oeste, en la intersección de las calles 893 y 807. Allí, con un palo envuelto en una bolsa, se metió sin dudarlo y se dirigió a una mujer a la cual amedrentó y amenazó con su arma casera. Le exigió sus pertenencias, pero no tuvo en cuenta la presencia de varios fieles, que se acercaron a auxiliar a la víctima.
Lograron reducirlo y llamaron al 911, para que finalmente agentes de la Comisaría Quinta de La Cañada lo trasladen y lo pongan a disposición de la Justicia. El momento vivido fue alarmante y la damnificada se asustó al toparse con el delincuente, visiblemente bajo el efecto de las drogas, que le quiso arrebatar lo que llevaba encima. De hecho, la noticia trascendió en el barrio y apareció otra mujer que sufrió lo mismo con este hampón.
Según su testimonio, había sido asaltada en 895 y 809, a pocas cuadras de la iglesia, y le había quitado su teléfono celular. Al pedir el relevo de las cámaras, corroboraron el relato y le devolvieron las pertenencias.
Al no portar un arma de fuego, la causa fue caratulada como “Robo simple” y quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) 5 del Departamento Judicial de Quilmes.
En redes sociales, los usuarios se pronunciaron al respecto e indicaron que “ni Dios se salva de los chorros”.
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