Fue durante los festejos de Fin de Año y la misma se realizaba en un lugar que funcionaba como peluquería en pleno centro del distrito. Las autoridades fueron alertadas por la denuncia de los vecinos y se procedió a cerrar el local.
En un inédito episodio, agentes municipales de Florencio Varela desbarataron una furiosa fiesta clandestina que tuvo lugar en un local que funcionaba como peluquería en pleno centro del distrito y por el hecho clausuraron las instalaciones, debido a que los responsables de la misma fueron notificados previamente para que no la realizaran, ya que la misma tuvo difusión en redes sociales y contaba con numerosas botellas de alcohol y hasta seguridad privada.
Todo ocurrió en los festejos por Año Nuevo y decenas de civiles debieron retornar a sus hogares en medio de constantes llamados a las autoridades por los propios vecinos, que no podían descansar a raíz de los ruidos molestos.
En tanto, el propio negocio está cerrado por decisión de los efectivos hasta que cumplan con el período de sanción. Cabe destacar que a pesar de que sabían a lo que se podían afrontar, los responsables no acataron las órdenes.
El hecho tuvo lugar en la calle España entre la Avenida Sallarés y San Juan, en pleno casco céntrico del distrito varelense. Como suele ocurrir en estas fechas, hay múltiples eventos privados a los cuales acuden jóvenes y duran, a veces, hasta el mediodía. Es por dicho motivo que quienes viven a los alrededores no soportaron la música, como así tampoco el desorden por los vehículos estacionados y la suciedad de las botellas y pidieron ayuda al 911.
Agentes municipales en conjunto con oficiales de la Comisaría 1era y la Guardia Comunal se apersonaron en la peluquería en la cual estaba funcionando la fiesta y divisaron a decenas de hombres y mujeres con precintos y vasos y botellas de alcohol. Para ingresar al evento les cobraron una entrada y quienes lo organizaron no disponían de la habilitación correspondiente. En tanto, contrataron una seguridad privada que se encargaba de filtrar a quienes tenían o no el acceso pago.
Además, la música superaba los niveles permitidos y el dueño del lugar, que ya estaba avisado, no quiso detener la jornada. Es por ello que desbarataron el espacio y le pusieron una faja de clausura preventiva. De esta manera, el peluquero no puede trabajar con normalidad hasta que cumpla con su sanción y presente la documentación correspondiente en el municipio.
Para lograr eso, montaron un gran operativo del cual también participaron efectivos de Seguridad Vial y de la Subsecretaría de Inspección General.