El Milrayitas cayó 1 a 0 ante Alvarado y comprometió sus chances de entrar en la lucha por el segundo ascenso. El equipo de Lomas de Zamora acumula 14 partidos sin ganar como visitante y ya no depende de sí mismo para clasificarse.
Los Andes viajó a Mar del Plata con la necesidad de ganar para seguir soñando con el Reducido de la Primera Nacional, pero terminó regresando con un golpe durísimo. Perdió 1 a 0 frente a Alvarado, que consiguió su primera victoria después de ocho fechas, y quedó a cinco puntos de Deportivo Maipú con solo seis en juego. Para colmo, Colegiales le arrebató el noveno puesto de la Zona A, por lo que el panorama del conjunto de Leonardo Lemos es cada vez más sombrío.
El partido comenzó con una clara superioridad del local. Alvarado entendió mejor lo que estaba en juego y desde el arranque empujó a Los Andes contra su propio arco. Antes del minuto, Brian Blasi tuvo la primera ocasión de peligro con un cabezazo que Matías González despejó sobre la línea. Esa acción fue un anticipo de lo que vendría: un equipo marplatense decidido y otro sin brújula, que repitió las mismas falencias que arrastra cada vez que juega fuera de Lomas de Zamora.
El Milrayitas abusó del pelotazo hacia Mauricio Asenjo, que peleó en soledad, sin la compañía de Tomás Pérez ni de Guillermo Pereira. En contraste, el Torito encontró en Tomás Bolzicco a su carta ofensiva más punzante, siempre complicando a la zaga visitante. A los 14 minutos llegó el único gol del encuentro: un centro de Agustín Aleo fue a buscarlo Bolzicco, pero en el intento de despejar, Francisco Marco terminó cabeceando contra su propio arco y descolocó a Sebastián López. Fue el primer grito de Alvarado después de 556 minutos sin festejar.
El local aprovechó el envión del gol y pudo ampliar la ventaja de no haber sido por la actuación del arquero de Los Andes. López contuvo un disparo furibundo de Juan Pablo Gobetto y un cabezazo a quemarropa de Bolzicco que parecía destino de red. El equipo de Lemos, en cambio, no lograba hilvanar juego, perdía cada duelo individual y daba la sensación de estar siempre un paso atrás.
En el complemento, Los Andes intentó reaccionar. El ingreso de Enzo Díaz para acompañar a Asenjo mostró la intención de jugarse el todo por el todo. El conjunto visitante probó de media y larga distancia con remates de Asenjo, Franco Rodríguez y Pereira, pero ninguno encontró el arco. La producción ofensiva fue escasa y desordenada, lo que facilitó el trabajo de la defensa de Alvarado.
El local, con más garra que fútbol, trató de resistir el empuje rival y casi no volvió a acercarse al arco de Sebastián López. Sin embargo, la falta de claridad de Los Andes le permitió sostener la ventaja sin sufrir demasiado. El tramo final fue un cúmulo de intentos desesperados: los ingresos de Federico Martínez, Tomás Rambert y Facundo Villarreal rompieron el esquema y sumaron gente en ataque, pero no consiguieron abrir a una defensa que se cerró con convicción.
La situación más clara para empatar llegó a segundos del final, cuando un remate de Guido Segalerba, desviado en Matías Mansilla, pegó en el travesaño y silenció el estadio por un instante. Fue la última chance de un equipo que ya no encuentra respuestas.
El pitazo de Julio Barraza desató el festejo de Alvarado, que aún sueña con la permanencia, y dejó a Los Andes hundido en la preocupación. El Milrayitas alcanzó los 14 partidos sin victorias fuera de casa, una estadística que refleja con crudeza su fragilidad como visitante. Aunque todavía mantiene una mínima esperanza matemática de entrar al Reducido, la realidad indica que sus posibilidades se evaporan.
Con dos fechas por jugarse, Los Andes deberá ganar todo lo que queda y esperar una combinación de resultados poco probable. La derrota en Mar del Plata no solo lo relegó en la tabla, sino que también expuso una vez más sus limitaciones futbolísticas, esas que lo alejaron del sueño de pelear por el ascenso.