El Mate empardó con el Celeste y no pudo acercarse a la cima del Clausura de la B Metro. El miércoles completará un juego postergado frente a Sportivo Italiano.
Argentino de Quilmes no pasó del empate sin goles con Villa San Carlos, en condición de visitante, en torno a la fecha 13 del Clausura de la B Metropolitana. Así la situación, el Mate, que alcanzó los 19 puntos, no pudo asomarse a las alturas, donde mandan al unísono Colegiales y Deportivo Armenio, aunque aquel puede quedar en soledad en la cima si acaso empata o le gana a Los Andes, de local el lunes.
Los conducidos por Adrián Czornomaz fueron superiores durante el primer tiempo, con un juego lúcido y una búsqueda constante, esa que los caracteriza y los deposita entre los candidatos a la gloria en el semestre. Pero, a medida que avanzó el reloj el rival se fue asentando en su terreno y tomó el protagonismo, al punto de contar con las chances más claras, aunque también con nula puntería.
Por eso no extrañó que se concluyera el itinerario sin gritos, con más voluntad que fútbol y con un semblante que evidenció cierto conformismo en el ambiente, más allá que a ninguno de los dos le convenía el tanteados.
Es que si a los de la región no les posibilitó recalar a tiro de la cima, a los vestidos de Celeste les impidió escapar de la parte baja del escalafón, dado que acumulan 13 unidades, muy cerca del fondo, hoy con Cañuelas en ese sitio.
Por lo pronto, Argentino sigue con una racha positiva de observar de lejos las derrotas. ¿Por qué? Lleva siete compromisos de tropezones, con cuatro halagos y tres empates, aunque esta paridad cortó una saga de dos satisfacciones, las que arrastraba sobre Liniers, en La Barranca, y Argentino de Merlo, en el Oeste.
En ese sentido, la última caída se dio con Midland, en casa, por la mínima diferencia, evidenciando un itinerario óptimo que confía en extender cuando se presente en el próximo escollo contra Sportivo Italiano, de local, en lo que será el miércoles la oportunidad de completar la jornada que fue suspendida la semana anterior, mientras que el fin de semana que viene, sin freno en su grilla, deberá volver a aparecer en escena en su reducto para chocar con Flandria.
Esos dos compromisos son una ocasión especial que permite ilusionarse con acercarse a la punta y perfilarse para soñar con la corona en el Clausura, esa que decantaría en una final con el campeón del Apertura, Los Andes.
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