Quilmeño
"Pase lo que pase, tengo que estar preparado, por los tiempos que corren uno debe estar a disposición. Ojalá podamos hacer un buen partido y traernos los tres puntos", manifestó con ilusión el correntino.
De un día para el otro, el correntino Tomás López tuvo que ponerse el overol y salir a tapar los agujeros que quedaron el Quilmes por lesiones y otras cuestiones, madurar de golpe y asumir las responsabilidades que esta semana Cristian Díaz debió insertar en su camino.
Con 20 años y un primer contrato salido del horno, el mesopotámico afincado en la región desde su infancia se prepara para ser de la partida en el choque ante Atlético Rafaela el sábado y en él se conjugan la mezcla de ansiedad, expectativa y urgencia por ayudar al Cervecero a salir de la malaria.
“En esta semana estamos haciendo mucho hincapié en lo físico, puramente con la cabeza en Rafaela. Fueron días largos, se hizo duro por momentos, pero estamos todos juntos luchando”, detalló el juvenil en diálogo con FMQ.
López sostuvo que todavía Díaz no le dio el visto bueno definitivo para el sábado, pero que tiene serias posibilidades de jugar de arranque: “Pase lo que pase, tengo que estar preparado, por los tiempos corren uno debe estar a disposición. Ojalá podamos hacer un buen partido y traernos los tres puntos”.
El juvenil categoría 97 aseguró que siete días atrás, cuando puso la rúbrica en su contrato, una serie de sensaciones emocionantes le recorrieron su cuerpo: “Por suerte llegó ese momento, de convertirme en un profesional, ese día me transpiraban las manos, no sabía qué decir, estaba muy emocionado”.
Sobre la situación apremiante que atraviesa el Cervecero, señaló: “El margen es muy poco y sabemos que tenemos que sumar de a tres como sea, la verdad que lo que pasa en el club me duele. Me hubiese gustado firmar mi contrato con un Quilmes salvado. De todas maneras, tenemos que afrontar esta situación y la asumo con mucha responsabilidad”.
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