Twitter les declaró la guerra abiertamente a los trolls. Las cuentas -automáticas o no- que coparon la plataforma en los últimos años con el fin de instalar temas de agenda a fuerza de repetición o mecanización de argumentos de debate están en la mira de la compañía, que intentará eliminar patrones de conducta que considera nocivos para la experiencia del usuario.
Así lo comunicó representante de la red social del pajarito Yoel Roth, quien difundió un texto en el que explicó las razones que llevaron a la empresa a adoptar las nuevas políticas, entre las que se destaca la búsqueda de un Twitter "seguro y libre de spam".
Entre las principales medidas para atacar a aquellos que pretenden "amplificar artificialmente o inflar la prominencia de ciertos tuits" se encuentran la eliminación de la programación de una acción (tuitear, responder, retuitear) desde varias cuentas en simultáneo a través de Tweetdeck, el impedimento de difundir "contenido idéntico o sustancialmente similar desde varias cuentas" y la prohibición de generar "múltiples actualizaciones desde una o varias cuentas".
Además, el comunicado revela que las cuestiones políticas fueron determinantes a la hora de tomar esta decisión y, aunque hace referencia al contexto estadounidense, admite que el fenómeno de los trolls se globalizó: "Estos cambios son un paso importante para garantizar que nos mantengamos a la vanguardia de la actividad maliciosa que se centra en las conversaciones cruciales que tienen lugar en Twitter, incluidas las elecciones en los Estados Unidos y en todo el mundo".
De esta manera, al igual que ocurrió hace un tiempo con Facebook y la prevalencia de las publicaciones personales en el muro por sobre las cuentas de noticias o corporativas de mayor alcance y difusión, Twitter adopta su propia medida para combatir el descontrolado uso de fakes en la generación de tendencias. ¿Funcionará?