Una mujer británica de 34 años falleció tras inhalar vapores tóxicos al mezclar lavandina con otro limpiador. Los riesgos invisibles de la limpieza doméstica. La importancia de saber cómo manipular estos químicos.
Celia Seymour, de 34 años, perdió la vida en Feltham, Reino Unido, tras inhalar los vapores liberados por la combinación de lavandina con otro producto de limpieza.
Según informó el jefe de la mujer fallecida, Peter Seferi, al llegar al departamento de Seymour percibió un olor intenso a productos químicos que le provocó una sensación de opresión en el pecho.
Horas antes, la mujer había sostenido una reunión laboral con Seferi; tras despedirse, comenzó a sentir dificultad respiratoria y, posteriormente, tuvo un ataque de asma severo. Su jefe intentó practicarle reanimación cardiopulmonar siguiendo instrucciones telefónicas del servicio de emergencias, pero la situación no pudo resolverse ya que requería atención hospitalaria inmediata.
Ingresada al hospital, los médicos la sometieron a un coma inducido, pero cuatro días después no hubo signos de recuperación y se confirmó su fallecimiento.
La madre de la víctima, Julie Felon, señaló que el Departamento de Bomberos confirmó que la reacción química generada por la mezcla de la lavandina con otro limpiador, probablemente de sanitarios, liberó gases tóxicos que provocaron el fatal ataque de asma.
Especialistas advierten que la combinación de productos de limpieza como lavandina y desinfectantes puede producir cloro y otros compuestos peligrosos, que al inhalarse pueden causar daños graves a las vías respiratorias, incluso la muerte. Recomiendan leer siempre las etiquetas, ventilar los ambientes y nunca mezclar químicos distintos.
Este caso sirve de alerta sobre un riesgo cotidiano y muchas veces subestimado: los productos de limpieza, cuando se usan incorrectamente, pueden ser letales. La tragedia de Seymour recuerda que incluso una tarea doméstica aparentemente sencilla puede volverse mortal si no se toman las precauciones necesarias.