El cluedo es un famoso juego de mesa que se practica en todo el mundo. Inventado por el inglés Anthony Pratt en 1946, a quienes algunos historiadores describen como clérigo y otros ayudante de un estudio de abogados, luego de jugar algunas partidas con algunos empleados de la fábrica, logró cautivarlos a todos. Es así que comenzó a comercializarse con el nombre de cluedo, mezcla de dos palabras inglesas: clue más ludo. La primera significa pista y eso es precisamente de lo que se trata el juego, de hallar todas las pistas posibles para averiguar antes que nadie en cada partida, quién es el responsable de un asesinato.
Es fácil de aprender y muy divertido para jugar en familia. El juego dura unos treinta minutos, pueden participar entre tres y seis jugadores. Las tres o seis personas que se encuentran en la casa en el momento del suceso y que, por tanto, son sospechosas, están representadas por las fichas de colores que proporciona el juego. Sus nombres se relacionan directamente con el color de la ficha. Así tenemos al marqués de marina (ficha azul), el doctor mandarino (naranja), el señor pizarro (negro), la profesora Rubio (amarillo), la señorita amapola (rojo) y la señora prado (verde).
Las seis armas, que incluyen el arma homicida, están representadas por objetos. Estas armas son: el puñal, el candelabro, la pistola, la porra, la cuerda y la llave inglesa.
Tanto los personajes, como los aposentos, y las armas están ilustrados en diversas cartas. Completan el juego el sobre del asesinato en el que se colocan las cartas con la combinación verdadera, y un bloc de notas en el cual se anotan los descubrimientos que se van realizando en el transcurso del juego.
Para comenzar la partida el tablero se coloca sobre la mesa con todas las fichas en la casilla de inicio. Las armas se dejan aparte, a la espera de que los jugadores comiencen a formular sus hipótesis.
Cada jugador elige una identidad que se corresponde con la ficha de un color y toma, una hoja del bloc de notas, donde irá plasmando sus deducciones.