A bordo de un Renault Fluence, el piloto de Canning se impuso a su padre, Leonel. "Soñé que ganaba así que me levanté con una fe extra", aseguró.
El piloto de Canning Thiago Pernía volvió a ganar en TC 2000 casi como un sueño premonitorio, en el autódromo San Juan Villicum, con el equipo Ocasa Racing a bordo de un Renault Fluence, y fue escoltado por Bernardo Llaver con el Honda Civic y nada más y nada menos que por su papá, Leonel, con el otro el Renault Fluence del equipo.
Pernía hijo cumplió uno de sus sueños premonitorios: en su subconsciente visualizó el triunfo y volvió a la alegría en TC 2000: "Soñé que ganaba así que me levanté con una fe extra. Pero cuando se pone el semáforo en verde no es nada fácil. Con Facundo Aldrighetti estuvimos clasificando vuelta a vuelta, con tiempos muy parejos. Y cuando tuvo el problema con el neumático, apareció LLaver, que intentó sobre el final y, si le salía, era un maniobrón".
En diálogo al programa Campeones, el primogénito de Leonel Pernía indicó que sigue con su ascenso y experiencia en la categoría para seguir con el aprendizaje, y que mira de reojo la Copa Rookie: "Cuando llegué al TC2000, no tenía un objetivo claro. A medida que pasaron entrenamientos y clasificaciones, noté que estábamos muy firmes y a partir de ahí busqué mi primera victoria, que llegó rápido, al igual que las restantes".