El Centro Cívico de San Carlos de Bariloche, postal por excelencia de la ciudad y lugar de encuentro y expresión de la comunidad, bello conjunto arquitectónico proyectado y construido por Parques Nacionales bajo la dirección de Exequiel Bustillo y declarado Monumento Histórico Nacional en 1987, cumplió recientemente su 75 aniversario. La plaza y su entorno, encabezado por la Intendencia municipal, están multiplicados en miles de millones de imágenes en todo el mundo. Es la postal primera de la ciudad en papel o archivo digital, el principal centro de encuentro y expresión de la comunidad, y su escenario histórico.
Recibió las más multitudinarias concentraciones: reclamos, protestas y celebraciones, como las que la Municipalidad organizó para recordar sus orígenes y destacarlo por su función histórica. También es un espacio fundamental de la memoria: la estatua ecuestre del general Julio A. Roca, en el centro de la plaza, recuerda la campaña militar a la Patagonia de fines del siglo XIX, y es foco de controversias y tensiones permanentes, en particular por reclamos de denuncias de genocidio de los pueblos originarios.
Fisonomía y pañuelosExequiel Bustillo fue su primer director y junto a su hermano Alejandro -ambos arquitectos- decidieron cambiar la fisonomía del pueblo, para transformarlo en un destino turístico internacional, a imagen y semejanza de Europa central: la "Suiza argentina", como la denominaron entonces.
El ingeniero Emilio Frey fue designado primer intendente del PNNH y el arquitecto Ernesto de Estrada en la sección de Urbanismo. Este tuvo a cargo la construcción de los edificios para la Municipalidad, la Secretaría de turismo, el Correo, la Comisaría, la Aduana y Réditos, la Biblioteca, el Museo y el Juzgado de Paz en el Centro Cívico. Con el conjunto fueron ejecutando una serie de obras con el mismo estilo regional pintoresquista -basado en su vínculo con el entorno geográfico y paisajístico-, en piedra y madera, como el edificio de la Intendencia del PNNH, a una cuadra, la avenida Costanera, la iglesia Catedral, el hotel Llao Llao y la capilla San Eduardo, la hostería Nacional en la isla Victoria, la estación del ferrocarril y el Hospital Zonal, entre otras construcciones.
Fue construido en hormigón armado, con revestimientos en madera de ciprés, alerce y piedra toba color verde extraída del cerro Carbón. De Estrada señaló entonces que el proyecto consistía en edificios públicos en "U", en torno a una plaza "seca", de carácter celebratorio, con la torre del palacio municipal como motivo principal, y apertura hacia el espacio abierto del lago Nahuel Huapi, la cordillera y la estepa. Originalmente funcionó allí un Salón de Té, pensado para dar vida y movimiento social al complejo.
La plaza, que cautiva y convoca, cuenta con un mástil en el frente y un cañón. Hacia el este, en los arcos del edificio que ocupa el Museo de la Patagonia, comienza la calle Mitre.
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