La empanada es una comida de fina masa cruda, un disco redondo, que por lo general tiene forma de semicírculo, se dobla al medio y se rellena con diferentes ingredientes, de sabores salados o dulces, cocida en horno o frita. ¿Hace falta acaso esta definición? Seguro que no... ¿quién no las conoce por estas tierras?
Su nombre proviene de “empanar”, o sea, cubrir con pan. En la provincia de Tucumán, esta exquisitez norteña se convirtió en un producto turístico. Nace así, la Ruta de la Empanada cuyo recorrido lo componen 50 establecimientos gastronómicos que sugieren en San Miguel de Tucumán, Yerba Buena, Famaillá y Simoca, saborear esta delicia.
El Ente de Turismo de Tucumán explicó que se decidió crear este nuevo atractivo por varias razones: la empanada es un producto muy arraigado en las costumbres y tradiciones de la provincia, está presente en todas las festividades y es el plato de entrada por excelencia en el menú regional. La finalidad de esta propuesta es acrecentar y darle esplendor a la gastronomía tucumana, aumentar los ofrecimientos de atractivos nocturnos en la capital y en Yerba Buena, valiéndose de la popularidad de la empanada para incluir otros productos típicos.
Los habitantes de las provincias norteñas consideran que sus empanadas son las mejores del país. Lo cierto es que, a pesar de que en cada provincia tiene su toque particular, todas son dignas de ser degustadas. Muy jugosas y sabrosas, llevan en la preparación de sus rellenos, carne cortada a cuchillo, el corte de matambre, huevos, cebolla blanca y de verdeo, ají, pimentón y comino. Algunos le ponen aceitunas, otros papas, también pasas de uvas y hay quienes, unas gotas de limón, luego del primer mordisco.
Varios son los locales donde pueden adquirirse. Se sirven en peñas, bares o restaurantes con ambiente familiar, espacios culturales y con tradición folklórica, donde todos tienen la posibilidad de deleitarse además, con históricas guitarreadas. También en shows folklóricos en vivo, clásicos de la noche tucumana, donde con placer pueden escucharse a grupos folklóricos que se presentan, de Tucumán y del resto de la región. Muchos de los lugares se hallan ubicados frente o muy cercanos a la Plaza Independencia.
El perfume a empanada en un ambiente se percibe con gratitud. Posee un aroma tan particular y sorprendente que despierta el deseo de ingerir una y a la vez indagar sobre los ingredientes que la componen y su modo de preparación. Labor artesanal, con historia y tradiciones, resulta la comida más sabrosa de las calles tucumanas, un verdadero manjar.
No hay placer mayor que asistir a una reunión, ingerir unas sabrosas empanadas acompañadas por un rico vinito, participar de una amena y agradable charla, munidos de una guitarra, hacerla sonar y gozar de su estallido, deleitando nuestros oídos, creando un ambiente peñero típico del norte argentino.
En el caso de que las empanadas no sean las predilectas, se puede encontrar además en los locales gastronómicos, el tradicional locro y humita. Constituyen platos muy apropiados para días de frío, y son también tentadores.