Turismo
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Hasta hace unos treinta años, la ciudad ubicada entre Capital Federal y Rosario era una de las localidades más elogiadas del interior bonaerense. Recostada sobre el río Paraná con diversos atractivos, por acción para muchos milagrosa de la Virgen María, desde 1983 se transformó por su interés religioso.
San Nicolás de los Arroyos es una hermosa y mística ciudad situada en el extremo noreste de la provincia de Buenos Aires, sobre el río Paraná y en el importante sector corredor industrial del Mercosur que une Rosario con la ciudad de La Plata. Posee espacios religiosos, culturales e históricos que hacen de la ciudad un importante imán para el turista.
Pero lo central es que esta ciudad es sede de masivas peregrinaciones hacia el Santuario Virgen María del Rosario de San Nicolás, transformándose en un verdadero referente en materia de profesión de fe. El día 25 de mayo del año 2009 fue coronada.
Esta imagen genera uno de los fenómenos de peregrinación católicos más importantes de la República Argentina, reconocida por las milagrosas apariciones de la Virgen María a Gladys, una humilde mujer del lugar.
En el año 1884, se inauguró el actual templo parroquial de San Nicolás de Bari, y para dicha oportunidad fue donada una hermosa imagen de la Virgen del Rosario, que fue traída desde Roma donde el Papa León XIII la bendijo con una especial bendición para la feligresía de San Nicolás, En esos años se había creado en la Parroquia la Cofradía del Rosario, y se celebraba anualmente esta fiesta de la Virgen con su correspondiente novena preparatoria. Ya en nuestros días, el 25 de Setiembre de 1983, en la ciudad de San Nicolás se comienza a asistir a un hecho de características particulares: una sencilla mujer llamada Gladys Quiroga de Motta, esposa y madre de dos hijas, que solamente había podido cursar el cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, manifiesta ver y oír a la Santísima Virgen en un lugar actualmente conocido como El Campito. Más tarde, la señora Gladys asegura que la Virgen se le aparece como la Virgen del Rosario, cuya imagen estaba relegada al campanario por su deterioro. Al comienzo de esta verdadera tradición de la Fe, no pocos estudiosos de la teología católica cuestionaron los "mensajes" de la Virgen a Gladys, quien nunca habló con ningún medio ni explicó públicamente nada, puesto que la Virgen María, nunca habló con nadie ni pidió nada en ninguna de sus apariciones, a diferencia de lo ocurrido en San Nicolás donde estas apariciones eran llamativamente verborrágicas, pero la activa acción del Obispo del lugar quitó del medio los cuestionamientos.
La Santísima Virgen, según la vidente, le había pedido la construcción de un templo en su honor, en el lugar de las apariciones. La Virgen comienza a darle una serie de mensajes, mayormente exhortativos, juntamente con citas bíblicas, llamando a la oración, a la conversión y a la consagración. El resultado a hoy es una ciudad que originó una verdadera industria turística que ofrece al paseante, más allá de la parte religiosa, comodidades hoteleras, actividades al aire libre y paseos ideales para el turismo de fin de semana.