Pasadas de moda, vergonzantes y hasta aburridas, hoy algunas de las huellas de la piel son producto del arrepentimiento o, en síntesis, consideramos que ya no embellecen la piel como habíamos creído. Aquí algunos secretos de la tecnología para borrarlas y empezar de cero. Por qué formatearse es una posibilidad

Muchas personas que rondan los cuarenta ya no se sienten identificadas con ese tribal que se hicieron a los 18. Otras tantas están cansadas de ver grabado en sus cuerpos el nombre de un amor que creían para siempre y solo fue eterno mientras duró. Mientras que hay quienes simplemente quieren borrar las marcas que diferentes factores como el acné, la exposición al sol o el paso del tiempo dejaron en su piel y devolverle la vitalidad perdida.

La tecnología en belleza sigue sorprendiendo con sus avances porque da nuevas respuestas, cada vez más rápidas y efectivas, a estas experiencias comunes que parecían no tener solución. A pesar de los avances en la tecnología, el borrado láser de tatuajes está rodeado de mitos y falsas creencias que provocan miedo a los pacientes.

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El Dr. Alejandro Cueva, médico anestesiólogo, fundador de Tattoo Removal American System y experto en remoción de tatuajes, los conoce bien. Atiende alrededor de 300 personas por mes y como especialista en el tratamiento del dolor sabe que ese es uno de los principales fantasmas entre quienes deciden removerse un tattoo. “Parte fundamental de nuestro trabajo es brindarle la confianza que el paciente necesita, esclareciendo esa zonas grises, esa falta de información que provoca inseguridad. Nosotros le damos la tranquilidad de que lo que hacemos tiene tanto el aval médico como también el de la tecnología de última generación con la que trabajamos,” asegura el Dr. Cueva.

Otra de las dudas frecuentes está dada por el tamaño y los colores, en definitiva se trata de si es posible remover o no cualquier tipo de tatuajes. “En líneas generales, un nombre, una pequeña frase, tarda un promedio de seis sesiones y queda eliminado. Los tatuajes caseros, hechos con tinta china, son los más fáciles de sacar. Los profesionales van a otra profundidad, son tintas especiales, entonces cuesta más removerlos. Hay que pensar en un mínimo de 3 hasta 15 sesiones dependiendo de cada caso en particular. Ahora bien, borrar una espalda completa no es posible, conviene tener como parámetro una superficie total de 30cm a tratar; en el borrado de mangas, que es una tendencia actual, tenemos muy buenos resultados” indica el especialista.

“Hoy también hay una búsqueda inteligente de los mejores tratamientos, cuando la gente conoce la tecnología de picosegundos va a ubicar los centros que aplican esta tecnología de última generación. Y Picosure les ofrece un gran diferencial, porque trabaja con una longitud de onda que le permite resolver casos dificilísimos como los colores verde y azul que ningún otra tecnología había resuelto hasta ahora, eliminando todo el espectro sin dañar el tejido cercano,” explica el Dr. Cueva. Muchas veces se piensa que estas tecnologías son enemigas naturales de los tatuadores.

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Desde el consultorio la tendencia que se aprecia es otra distinta. “Existe un mito que nos coloca en la vereda de enfrente de los tatuadores. Nada más lejano de la realidad. Hoy somos socios estratégicos de los artistas del tatoo. ¿Por qué? Porque creció enormemente la cantidad de personas que se realiza covers (cobertura de un tatuaje antiguo) y sucede que allí es donde entramos nosotros en juego. Piden la colaboración profesional porque conocen que la tecnología láser puede ayudarlos, aclarando el color del viejo diseño para que al suplantarlo por un diseño moderno no se vean condicionados por el tatuaje anterior y el resultado sea óptimo. La precisión del láser nos permite borrar incluso una sola parte del tatuaje que no te guste y volver a tatuar sobre ese mismo lugar,” dice.

La mejor ubicación para borrar un tatuaje está dada en la línea de la nuca y los hombros. “A través del láser pulverizamos las moléculas de tinta, esas partículas minúsculas son procesadas y eliminadas por el organismo de forma natural. Al estar a esa altura las partículas pasan más rápidamente al sistema linfático, pudiendo ser eliminadas a través de la vía urinaria. Ahora, cuánto más lejano, como el tobillo es más difícil, porque el retorno de la circulación funciona al revés. Así, un tatuaje que se ubica en la nuca puede que tarde 4 a 5 sesiones en quedar eliminado, mientras que en el tobillo puede llegarse a las 8 a 10 sesiones”.

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