Toda guerra tiene su desencadenante absurdo. La primera tuvo su justificación en el atentado que le costó la vida al archiduque Franz Ferdinad y 101 años después, en un territorio que también tiene muchos intereses apuntados, la negativa para que el presidente de Consejo Federal de fútbol de AFA vuelva a ser Roberto Fernández, marcó el argumento fundamental para que la Gran Guerra de Viamonte se dispare.
Desde el pacto que le dio a Marcelo Tinelli la confirmación de su posibilidad de ser candidato y la vicepresidencia tercera hasta las elecciones pautadas en marzo, una serie de factores atentaron contra la armonía impostada que duró menos que un matrimonio por conveniencia. Lo único que funcionó, a medias, fue la mesa chica que juntó a oficialistas y opositores bajo el mismo techo, aunque su mentor -Tinelli-, faltara a la cita.
Entender qué fue lo que generó la grieta que tiene un pacto a punto de romperse, es algo así como definir si la gallina o el huevo sucedió primero. El entorno de Tinelli decodificó en el anuncio de Alfredo Derito al Consejo Federal como una ofensa y una falta a uno de los puntos acordados. Sin embargo, desde el oficialismo advierten en la actitud del vice de San Lorenzo los motivos de la ruptura: su reunión inconsulta con Carlos Zannini -vice en la fórmula de Scioli y actual Secretario de Legal y Técnica de Presidencia-, para negociar un adelanto del FPT y su interés por auditar fueron la declaración de guerra.
En ese contexto, ayer un sector de su entorno presionó a Tinelli con una idea drástica: pedirle la renuncia Luis Segura y así forzar el adelantamiento de las elecciones. Ante los rumores el propio titular de AFA desmintió haber recibido tal propuesta. 'Me parece ridículo que alguien pueda pensar que el vicepresidente de un club le pida la renuncia al presidente de la AFA', marcó el terreno el presidente en AM 1050. Más concreto fue el empresario televisivo, quien reunió en un hotel céntrico a dirigentes de la B Nacional para contarles personalmente su proyecto.
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