En esta final, no hubo round de estudio ni movimientos de aproximación, porque los dos salieron a jugarse la vida de entrada, con poca actividad en la gestación y salidas rápidas y agresivas de los dos lados, en una mezcla de ritmo, apuro y emociones constantes, teñidas, el algún aspecto, por la polémica, ya que las determinaciones de Loustau tuvieron su influencia en el desarrollo del partido y especialmente, en el resultado.
River pegó de entrada. Porque Ignacio Fernández vino desde atrás, y cuando iba a resolver ante Sosa, lo tocó de atrás Damián Musto, para el penal. Fue Alario, y eligió lo seguro, con una concreción al centro del arco.
En medio de la dinámica del juego y de las protestas de los dos lados, Central no bajó los brazos, y llegó a la igualdad en otra acción polémica. Porque a la salida de un tiro de esquina, Montoya volvió a meter el balón al área, Batalla salió con más dudas que certezas y Musto no lo perdonó; le quitó el balón y definió con un toque corto, cuando ya no tenía obstáculos. Todo River reclamó falta, pero la decisión de Loustau pareció la correcta, porque el contacto fue mínimo contra el arquero, dejó caer el balón.
Central fue por más y en un contraataque preciso se puso arriba en el marcador. Salió Montoya, Teo, desde la izquierda, metió la puñalada al área, y allí Marco Rubén hizo movimientos de bailarín clásico para bajar la pelota con un pie y empujarla con el otro, ante las facilidades que entregó Luis Olivera y la salida tarde de Batalla.
Con ida y vuelta, palo y palo, River se volvió a poner de pie con otro penal. Gissi sujetó del brazo a Alario, en una acción intrascendente, porque el delantero estaba saliendo del área, Loustau volvió a ser estricto en el fallo, y el propio atacante central estampó el dos a dos.
En el complemento, siguieron las emociones. El primer tramo fue para Central, que parecía que tenía el título al alcance de la mano después de otro error de Batalla, aprovechado por Marco Ruben. Pero a Gallardo le salieron bien los cambios, Alario lo emparejó e Iván Alonso hizo la diferencia para darle la gloria al Millonario.
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