Los trabajadores de la cartera que dirige Esteban Bullrich y los gremios docentes habían levantado la toma el viernes tras el pedido del Gobierno de abrir un canal de diálogo, pero 48 horas después, en la reapertura de las negociaciones, el palacio Sarmiento se convirtió en escenario de forcejeos, gritos y represión policial.
Rodrigo Recalde, secretario general de la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), contó lo sucedido: "Nosotros veníamos con el ánimo que dejamos el viernes, el gesto para tener un diálogo, dadas las exposiciones públicas de Marcos Peña que no entendía por qué estábamos acá. Esperábamos una respuesta, y la respuesta fue violencia institucional. Todos los ingresos estaban cortados con guardia policial para no dejar entrar a los estatales".
"Recibimos el protocolo de seguridad que ellos tienen, que son los bastones largos. Me redujeron, me tiraron al piso y ahí me dieron golpes de puño, patadas", continuó el gremialista en declaraciones a Radio 10.
Para levantar la toma del viernes fue importante una propuesta que presentaron funcionarios de Educación, que si bien fue considerada insuficiente por los trabajadores, se votó en asamblea dejar abierta la negociación. La oferta consistía en reincorporar a 200 de los 400 trabajadores a los que no se les renovaron los contratos temporarios que vencieron el 31 de diciembre y la renovación por enero de los 2.600 tutores virtuales.
El Gobierno dice que los 400 contratos incumplían su horario laboral y que los tutores son 2.000 y deberán volver a inscribirse en febrero. Recién allí se definirá si se renuevan sus contratos.
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