Después de casi 20 años de presencia, el Xeneize dejará de contar con sus animadoras que, además de estar en los partidos, realizaban asistencia en instituciones para cura de adicciones.

Hubo un rumor que las hacía continuar como animadoras de otros deportes del club. Fueron palabras efímeras. A pesar de destacar su colorido en las entradas de los jugadores del primer equipo de fútbol durante casi dos décadas, la dirigencia de Boca Juniors decidió que ya no estén más. El motivo es afianzar el compromiso de la entidad deportiva con el colectivo #NiUnaMenos y evitar así “la cosificación del género femenino”. Pero el deseo de seguir, finalmente se diluyó. Las Boquitas, el clásico grupo de porristas xeneizes, cerraron un ciclo de momentos importantes. Afloran los recuerdos, pero también la angustia. “Agradecemos de corazón haber podido estar ahí”, expresa Rocío Martín, manager del conjunto de bailarinas.

Poco se conoció de este grupo. A la par del baile, las porras y el brillo, tuvieron una faceta que promovió el bienestar social. Durante el tiempo que estuvieron impulsaron un programa para curar adicciones a través del deporte.

“Siempre quise darles una luz de esperanza a estos chicos y familias que se sienten solos”, repite varias veces en diálogo con Porteño del Sur. Rocío es Consejera en Adicciones en la Fundación Identidad PM y hace guardias terapéuticas con chicos adictos a distintas sustancias. Asegura que vio situaciones muy tristes, pero que poder aportar su granito de arena le “llena el alma y es un cable a tierra”.

La misma necesidad de ayudar ante esa problemática le logró transmitir a Las Boquitas. Desde inicios del año pasado las chicas pudieron generar un lazo entre el fútbol y la fundación. Presentaron carteles en la cancha y realizaron varias visitas a distintos centros de rehabilitación. “Fuimos a charlas y les dimos alegría. Bailamos y pudimos, al menos por un rato, sacarlos de ese lugar tan oscuro”, contó Sofía Salomón, una de las bailarinas que comenzó a integrar el grupo este año.

“Le pudimos mostrar a la gente las realidades que hay, desde un lugar de muy buena fe”, manifiesta Salomón, quien afirmó estar “muy triste por no poder seguir más”.

Por medio del centro de tratamiento de adicciones de la fundación cita en San Isidro, las jóvenes visibilizaron flagelos como la drogadicción, juego, sexo compulsivo, internet, anorexia y bulimia que pocas veces tienen una exposición en el mundo del deporte, pero que, sin embargo, no se encuentran ajenas.

"Pude vivenciar casos de un montón de chicos muy talentosos en el deporte se perdieron en el camino por las drogas y no llegaron", rememora Martín, que insiste en: "Es un tema muy tabú, no se habla en ningún lado de este problema. Mueren millones de personas en el mundo".

Intentaron extender el programa puertas adentro. No sólo para impulsar los cuidados y la concientización con el plantel de primera, sino también para todos los deportes, pero se encontraron con una negativa desde la dirigencia. “No nos interesa”. Ésa fue la sentencia desde la Comisión Directiva.

El grupo ya no estuvo en el encuentro que Boca le ganó a Belgrano por 4-0 el domingo pasado, por la séptima fecha de la Superliga. La última vez que pisaron el verde césped de La Bombonera fue en el entretiempo del partido ante Chacarita Juniors, el 1 de octubre.

Las chicas no se dan por vencidas e intentarán llevar a otros clubes esta concientización. Desean seguir con su aporte a una sociedad consiente de uno de los problemas más profundos: las adicciones.

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