Ya nadie discute la necesidad de hacer gimnasia mental para mantener en buenas condiciones el cerebro y mejorar la calidad de vida a cualquier edad.

La práctica de gimnasia física para que el cuerpo se encuentre en buenas condiciones es algo usual hoy en día. Ninguno discute la importancia de un buen entrenamiento o, al menos, lo valioso de caminar un par de kilómetros cada día.

Pero, ¿se tiene en cuenta de la misma manera el entrenamiento mental? Porque la gimnasia mental también existe y es de fundamental importancia tenerla en cuenta.

El cuerpo es el campo de batalla de la mente y, por ello, si la mente se encuentra lúcida, serena, capaz de resolver dificultades, imprevistos y problemas se tendrá una vida más útil y sana.

Mucho ha sido dicho sobre si es posible o no entrenar la mente de manera de programarla -a través de un entrenamiento o "gimnasia"- para obtener respuestas favorables que permitan la concreción de los deseos positivos que cada uno tiene para su vida. Lo concreto es que esto puede hacerse y, más aún, es muy conveniente realizarlo. Se trata de lo que llamamos técnicas de reprogramación psíquica.

El neurobiólogo Laurence Katz, de la Universidad de Duke (Estados Unidos), autor del libro Keep your brain alive (Mantenga vivo su cerebro), propone el neologismo "neuróbica"; para identificar a esta gimnasia psíquica.

La doctora Teresa Torralba, quien fuera subjefa de Neuropsicología y Fonoaudiología del Instituto Médico Fleni, ha señalado que "hay evidencia científica de que realizar un entrenamiento cerebral da como resultado una mejoría de ciertas áreas, como la atención o la memoria. Se aplica a diario para que los pacientes recuperen sus habilidades mentales y mejoren su calidad de vida. Los estudios en personas sanas indican que esos entrenamientos mejoran las áreas que presentan déficit ocasionados por la edad o por la multiplicidad de tareas. Lo que no se ha probado todavía, es cuánto tiempo se mantiene esa mejoría y si repercute en la vida cotidiana de las personas. Los cursos y talleres son una cuestión comercial, pero es bueno que se promuevan porque no todo el mundo sabe que si usa más el cerebro, le va a rendir más".

La meditación

En cuanto a la meditación, una investigación realizada en el Hospital General de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard demostró que la meditación diaria es capaz de modificar la estructura física del cerebro aminorando el deterioro causado por el envejecimiento.

Se detectó que la corteza cerebral de las personas que meditaban 40 minutos diarios era más gruesa que la de quienes no hacían esta actividad. Según la doctora Sara Lazar, jefa de la investigación, la corteza cerebral tiene un rol crucial en la toma de decisiones, la memoria y la interacción entre el cerebro y las diferentes zonas del cuerpo.

Verónica Eggers, directora de STS (Sistema de Trabajo Saludable), desarrolló un programa de eutonía al servicio de las empresas. Con el concepto de que la tonicidad –la calidad de tensión del músculo– afecta la organización global postural y emocional de las personas, la eutonía busca eliminar contracturas y conseguir mayor flexibilidad. Eggers explica que: "Uno necesita que el cuerpo esté en un tono medianamente uniforme y flexible. El estrés se manifiesta como una fijación del tono que produce una distonía. No existe la posibilidad de una mente tranquila en un cuerpo tenso ni una mente tensa en un cuerpo relajado. La idea es recuperar la armonía"

Además: La vida es el resultado de nuestros pensamientos/ Por Antonio Las Heras

El pensamiento positivo mueve montañas

En Tel Aviv (Israel) los doctores Karni Guinzburg, Zahava Salomon y Avi Bleich, realizaron una investigación con víctimas de ataques cardíacos con el objeto de determinar si los negadores lograban mejores resultados a largo plazo. El resultado fue que sólo el 7% de los negadores padeció la secuela al cabo de siete meses contra un 19% entre los "reflexivos".

La hipótesis que plantearon es que los negadores están protegidos por su percepción de los acontecimientos traumáticos, que la negación funciona porque los represores tienen un estilo perceptivo muy adaptable y que pueden manipular su atención desviándola del dolor y, si no lo logran, creen que podrán enfrentar lo que les suceda. "El hecho de que sean o no competentes para lograrlo -dice Guinzburg- no tiene importancia. Todo el mundo que conoce el poder del pensamiento positivo sabe que puede mover montañas".

La ayuda de las terapias no convencionales en el tratamiento del cáncer

También hay ensayos referidos al cáncer. La doctora Anatilde Idoyaga Molina, del Centro Argentino de Etnología Americana del CONICET, explica: "Es una peculiaridad del cáncer tener sus propias medicinas no biomédicas especiales. La relajación controlada por un especialista, por ejemplo, ha demostrado alargar la vida en los pacientes. Por lo tanto, no habría por qué negar su efectividad". "El cáncer es una enfermedad complicadísima que no se puede explicar por una causa única, por lo que algunas técnicas de otras medicinas alivian mucho el dolor que causa. Algo notorio es que, para los pacientes, la suma de terapias es muy eficaz. Entre los que tienen cierto nivel económico y mayor instrucción, la complementariedad es bien vista. En definitiva, suelen decir que la suma es buena".

El doctor David Rosenthal, director médico del Centro Leonard Zakim de Terapias Integradas del “Instituto del Cáncer Dana Farber” (Boston, Estados Unidos) afirmó: "no tenemos dudas de que las terapias no convencionales mejoran la calidad de vida de las personas con cáncer, al aliviar muchos de sus síntomas. Por eso los oncólogos debemos estar preparados para poder asesorar a los pacientes que nos preguntan acerca de cuáles pueden serles útiles y cuáles no".

Una mirada positiva

“Todo es de acuerdo al color del cristal con que se mira”, solían repetir nuestros padres y abuelos que atesoraban esa sabiduría popular indiscutible. Pues bien, hoy conocemos que si la mirada es positiva la calidad de vida mejora. Y, entiéndase bien, “mirada positiva” no implica un acto de ingenuidad frente a las dificultades sino la capacidad que la mente humana tiene para en un entramado del pensamiento racional reflexivo con la intuición, alcanzar una forma adecuada para resolver lo que está afectando.

Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, magíster en Psicoanálisis, filósofo y escritor. e mail: [email protected]

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